Con la
desaparición del campo socialista, la caída del Muro de Berlín, y la
desintegración de la Unión soviética, muchos pensaron que había desaparecido el
peligro de una guerra mundial, y que habría una paz duradera. Otros gritaban el
“fin de la ideología” y la paz social. ¡Qué lejos de la realidad! Ni una cosa,
ni otra. El capital es insaciable. Siempre habrá una justificación, un enemigo,
y un explotado o satanizado
Decía
alguien, que EEUU surgió bajo una guerra, la de independencia, y desde entonces
no puede existir sin ella. ¿Pretextos, justificaciones? Muchos: la seguridad
nacional, la lucha contra el comunismo, la protección de sus ciudadanos y sus
intereses en el extranjero, los derechos humanos, y la lucha contra el
terrorismo. Detrás de esta envoltura política e ideológica, usada a conveniencia,
hay en última instancia una motivación económica, promovida por sus grandes beneficiarios
detrás del poder: el complejo militar industrial (que integra a las grandes
empresas industriales y corporaciones asociadas al motor-la metalurgia y la
electrónica) y el capital que vive y crece de los hidrocarburos. Cuando hay
guerra, EEUU sale de la crisis, y/o su economía crece. Esa es su máxima y la
base de su política internacional
Se
necesitaba y se necesita un nuevo enemigo, y ahí estaban a mano los regímenes
autocráticos árabes no aliados a Washington (no objeto de nuestro artículo), y la
Rusia independiente y ortodoxa que no se avenía a las órdenes, y a todos los
cánones democráticos occidentales.
Rusia
ya no es comunista, pero es de temer. Esa es la nueva filosofía. ”El peligro
ruso”, pasa a ser la nueva justificación de EEUU y sus aliados europeos
occidentales, para expandir su radio de influencia a los antiguos países
comunistas de Europa oriental, en lo económico, político y militar. Aparece la
justificación para trasladar las bases militares de la OTAN de sus territorios,
y reinstalarlas en la frontera más próxima a Rusia; es decir, en los antiguos
países comunistas. De golpe, apareció ante la Europa occidental, un vasto
mercado por conquistar, que hasta no hace mucho era inaccesible para sus
producciones industriales y sus finanzas; además de una nada despreciable fuente
de materia prima y mano de obra barata calificada, incluyendo científicos e
investigadores. No fue nada difícil para EEUU, el comprometer a Europa en esta
nueva cruzada. El bocado era muy apetitoso para todos.
Alimentando
los perjuicios y prejuicios, justificados o no, de antiguos países comunistas
de Europa oriental, y de antiguas repúblicas soviéticas hacia la Rusia-Moscú
que nucleó el fallido proyecto comunista multinacional (la URSS), la UE y EEUU
fueron captando a estas con promesas y programas de ayuda económica, financiera
y militar. Hoy son miembros de la UE: Bulgaria,
Hungría, Polonia, Rumanía, Croacia y Eslovenia (junto a otros 4 países
conformaban la antigua Yugoslavia), Eslovaquia y República Checa (antigua
república de Checoslovaquia) y las tres repúblicas del Báltico (прибалтика)- Estonia,
Letonia y Lituania. En todas ellas, y en Georgia, hay bases militares de la
OTAN que como un muro bélico, rodean la frontera europea de Rusia, a título de
“escudo antimisiles rusos”
Rusia
ha estado consciente del cerco militar cada vez más estrecho de la OTAN y EEUU,
y de la pérdida de mercados históricos, y lo ha aceptado con serenidad y
responsabilidad. Eso sí, no ha dejado de desarrollar la industria armamentista,
para fortalecer su capacidad defensiva y de respuesta
Entonces cabría preguntarse,
¿Realmente quién está acorralando a quién? ¿Quién ha estado mostrando una política
provocadora y agresiva? Evidentemente la OTAN y EEUU. Hay que decir, que la
Rusia soviética y post soviética se mantuvo al margen cuando los países de
Europa oriental decidieron abandonar el camino del comunismo. Desmanteló sus
bases militares, y retiró sus tropas. La Rusia capitalista de Yeltsin, apologética
de EEUU y del capitalismo, facilitó este proceso con creces.
Con la llegada al Kremlin, del
binomio Vladimir Putin y Medvedev, Rusia ha recuperado su voz y pujanza en la
esfera internacional, ha elevado la moral y la dignidad del pueblo ruso, y rescatado las tradiciones
ortodoxas cristianas. Su gobierno goza
del apoyo de la mayoría de la población, nos guste o no. Rusia no sólo se rearma con éxito,
sino que también interviene activamente en los asuntos internacionales,
rompiendo con el poder absoluto de EEUU. Para EEUU, que necesita de una Rusia débil
y dividida, esto no es nada grato, y da pasos para reavivar la Guerra fría, a
sabiendas de que un enfrentamiento militar entre ambos, sería el fin de la
civilización, y que ninguno daría el primer paso. Evidentemente, la verdadera
causa, es económica y geopolítica
Hasta hoy, las mayores
justificaciones del peligro ruso, se han sustentado en el conflicto de Georgia, y últimamente en el de
Ucrania. EEUU y la OTAN lo han manipulado a su favor, y utilizado para
alimentar la ruso fobia, y la
carrera armamentista en la región.
La desintegración de la antigua URSS, y la constitución de sus estados miembros en repúblicas independientes fue muy abrupta, casi espontanea, y sorprendió a regiones autónomas, poblaciones y etnias enteras. La población rusa que se radicó en las antiguas repúblicas soviéticas (proceso que se venía gestando desde la época del imperio zarista), no es nada despreciable. El idioma ruso siguió siendo en muchas, un elemento imprescindible e integrador de nacionalidades y culturas diversas. La integración e interdependencia de sus economías no permitía un desconecte total, sin ayuda del otro lado. Todo esto presagiaba fricciones y conflictos aislados entre Rusia y algunas de las exrepúblicas soviéticas
En Georgia,
ex república soviética, se declararon en rebeldía y reclamaron su separación
las regiones de Osetia del Sur (región autónoma desde la Unión soviética, separada de facto desde la independencia de Georgia y una etnia
totalmente diferente a los georgianos), y Abjasia (que había proclamado su independencia en 1999). Un conflicto étnico
histórico de no pertenencia a Georgia, explosionó durante el mal gobierno de Sakashvili (2006)
que llevó al país a la crisis económica, y que llevó a este a utilizar la fuerza y la ley
marcial para reprimir los intentos separatistas, de población mayoritariamente rusa. Las tropas rusas que en función de los acuerdos de paz que pusieron fin al conflicto bélico, estaban presentes en la república separatista, tomaron las armas de lado osetio al poco de desencadenarse los
combates. Se enfrentaron al ejército georgiano enviado para recuperar el control del enclave Osetio.
En agosto del 2008 se decretó
el fin de las operaciones militares rusas en territorio georgiano y
posteriormente aceptó el plan de paz propuesto por la UE, que
conllevaba la retirada de ambos bandos a las posiciones anteriores al comienzo
del conflicto. Aunque en circunstancias de afinidad
étnica, fronteras, etc., completamente diferentes, y sin bombardeos que
masacraran a la población civil y destruyeran objetivos económicos y civiles, Rusia
actuó, en última instancia, según las pautas con que actuó la OTAN y EEUU en el conflicto de Kosovo[i].
La archiconocida máxima anglosajona en política exterior, de divide y vencerás, es la principal
estrategia de EEUU, para disolver estados fuertes no afines, para debilitar
gobiernos de izquierda, y para imponer sus intereses
De
vital importancia para acabar de consumar el cerco a Rusia, a EEUU y la OTAN sólo
les quedaba Ucrania. Una Ucrania inconforme con su rol histórico de segundona,
con una economía fuertemente interdependiente de Rusia, con tierras muy
fértiles y productivas, con un mercado potencial muy grande, una posición
privilegiada en el Mar Negro, y una amplia frontera con Rusia. Ucrania fue preparada,
empujada y presionada para aceptar un acuerdo de asociación con la UE, con un
plan de ayuda como cebo. Ya conocemos el costo de esa operación. Un golpe de
estado al gobierno legítimamente electo de Víctor
Yanukovich (al margen de su carácter corrupto o no) promovido desde el
exterior; la instauración de un gobierno anti ruso, y la
reacción esperada: los levantamientos en Crimea, y en las regiones de Luhansk y
Donetsk
¿Acaso algún
analista iluso llegó a pensar que Rusia iba a renunciar a su base naval histórica
en Crimea, a su salida naval-militar al Mediterráneo? ¿Hasta dónde puede llegar
a cegar, la prepotencia política y el injerentismo? Algo similar nadie lo
hubiese permitido, y mucho menos EEUU, que en contra el derecho soberano de
Cuba, y la repulsa mundial, sigue manteniendo la base naval de Guantánamo, la
menos operativa que tiene hoy en el mundo. Se lo pusieron fácil a Rusia. Con población
mayoritariamente rusa, y ruso parlante, Crimea levantó la bandera de la
independencia, y le siguen las regiones de Donetsk y Luhansk, con iguales
características
La “Ruso fobia” no sólo no está bien sustentada, sino que es una burda manipulación, que a la larga hará a Rusia más fuerte. De exportadora de petróleo y gas, ha pasado a ser la segunda mayor exportadora de armas, llegando a disputarle a EEUU, el mercado latinoamericano. Su desarrollo armamentista dinamizará su economía y su industria (tal como sucedió en el mundo, durante la primera y segunda guerra mundial); está desarrollando y consolidando gradualmente su demanda interna, y se ha orientado a alianzas estratégicas con Asia, que le abre nuevos mercados y oportunidades, y la hace menos dependiente de Europa occidental.
En toda esta nueva cruzada, la que más arriesga en caso de un conflicto
bélico, es Europa (por cercanía), y la que más pierde en oportunidades económicas
es Europa. ¿Acaso no se ve? ¿Cuándo Europa será realmente independiente y práctica,
y dejará de seguir fielmente a los EEUU, en todas sus aventuras bélicas y
políticas? ¿Ahora, ante el desaire y el nacionalismo de Trump? No lo creo. Su
condición de primer mundo la hace arrogante y juez universal, haciéndola inflexible
e impositiva. Le hace falta mucho más.
[i] Conflicto
Kosovo. Rusia -aliado histórico de Serbia- apoyó incondicionalmente a Belgrado
en el tema de Kosovo. Serbia nunca aceptó la secesión de Kosovo -lograda
con ayuda de la OTAN en 1999- aunque acordó no bloquear el camino de su antigua
provincia a la membresía de la Unión Europea. Muchos otros países también
rechazaron la declaración de independencia de Kosovo en 2008. Rusia congeló la
cooperación militar con la OTAN poco después de que la alianza lanzó en 1999
incursiones de bombardeos a gran escala en Serbia.