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viernes, 4 de febrero de 2022

Triunfo, al fin y al cabo. Lo importante es lo que representa y se hará a partir de ella

Se está escribiendo, de todo, sobre los ajustes recién aprobados a la Reforma laboral de Rajoy. Discriminando los artículos de odio, o de petulancia y alaridos de derechas, comparto muchas reflexiones y análisis. Sólo quisiera, desde mi perspectiva, acotar algunas cosas. La política es, en última instancia, el arte de lo posible. Una cosa es lo que se quiere, se desea, y se aspira - llamémosle estrategia-, y otra es, lo que se puede y debe hacer, de acuerdo a las circunstancias histórico concretas de una sociedad dada - táctica. 

Aferrarse a lo NO POSIBLE, no es política; es tozudez, es arrogancia, es suicidio político; es sacrificar el todo, sin lograr nada a cambio. El no percibir la realidad, por dogmatismo, voluntarismo o exceso de pasión o entusiasmo, ha llevado a muchos partidos de izquierda, de España y de todas las latitudes, a la merma significativa de su membresía, de sus electores, y de sus escaños o asientos en el legislativo - diputación o ayuntamiento, rayando en el ostracismo o marginación política. Aun arrastramos ese lastre (comprensible porque han existido muchas traiciones al socialismo), que en unos u otros ha quedado en evidencia; y según dicen, hasta dentro de la dirección de Podemos. La política tiene un fuerte componente de subjetivismo y liderazgo, eso es cierto; pero en última instancia, responde a leyes, a situaciones muy concretas, que podríamos llamar  oportunidades o coyuntura política, y que determinan lo que se puede hacer o no; lo demás, son formas, vías y medios para aprovechar y rentabilizar el momento. Si no existían, ni están creadas las condiciones para derogar totalmente la reforma laboral de Rajoy, como lo ha demostrado la "milagrosa" votación, al menos se logró, entre otras, quitar, arrancar, su parte más lesiva y nociva en España - la temporalidad y precariedad laboral - que condenaba a millones de trabajadores, a ser ciudadanos de segunda (sin opción a hipoteca, crédito, etc.), sin futuro, con la consiguiente frustración social, y de maltrato psicológico y laboral por el empleador y las instituciones políticas que la refrendaban por pasiva o por activa. 

No es día de grandes celebraciones, y para muchos, se ha quedado por debajo de sus expectativas; pero este cambio es vital e imprescindible, para encauzar a niveles civilizados la política laboral en España. Hay que verlo, como parte de un proceso único de transformación de la vida laboral y social del país, que se viene refrendando, desde inicios de esta legislatura, y a pesar de la pandemia (subida del SMI, los ERTES, el IMV, la paridad salarial de género, y la maternidad y cuidado del niño, compartida; la ley contra los falsos autónomos, la subida de las pensiones, etc.). No se puede obviar, por mucho que lo intenten algunos, que se ha avanzado, y que se avanza. 

Hay quien dice que ganó Pedro Sánchez, obvio, es el presidente de la coalición de gobierno; pero en buena lid, ganó la sociedad, que será un poco mas justa a partir de ahora; ganaron los mas vulnerables al trabajo, a la precariedad, ganó la justicia y la dignidad humana. Si de personalismos se trata, ganó Yolanda Diaz, quien fue la artífice y gestora del acuerdo con todos las partes vinculadas. Ayer, Unidas Podemos se vistió de grande, dando muestra de consecuencia, de flexibilidad razonable, y de responsabilidad; y digo Unidas Podemos, porque ella es la imagen del Unidas Podemos que muchos quieren. Puede resultar complejo, de entender, la dicotomía dentro de Unidas Podemos, pero ya Pablo Iglesias, que jugó un gran rol político, tuvo la visión y acierto, de pedir para ella la cartera de Trabajo, y de delegar en ella, la representatividad dentro del gobierno. En cualquier caso, enhorabuena para la izquierda toda, incluido el PSOE, claro, por haberlo logrado, y no sólo en una sociedad conservadora, sino también, en un momento de tanta polarización, crispación, y de arremetida de la derecha clérigo neoliberal. 

Antes con Pablo Iglesias, y el acuerdo de coalición de gobierno logrado; y ahora con Yolanda, se ha demostrado que, se puede negociar, y se puede gobernar, con Unidas Podemos; que además de dar y lograr apoyos a la investidura, mantienen viva la legislatura; que son el gran acicate para avanzar, para que no se detengan los cambios sociales; son el antídoto a  la influencia, tentación y atracción del IBEX35, típico en los largos años de convivencia y connivencia política del bipartidismo ¿Qué hubo bajas, en esta batalla? si; pero no se ha roto el cántaro, solo ha perdido agua que habrá que recuperar, para continuar la legislatura, y los cambios. Quienes sintiéndose de izquierda o no, se abstuvieron o votaron en contra, ya entenderán su error; después de haber sentido, el suelo hundirse bajo sus pies. Tienen dos años de legislatura, para lavar su imagen ante su electorado. Y si tuviese recorrido el sinsentido del PP y de VOX, para repetir la votación; esa vez no habrá abstenciones, ni voto en contra, por los socios de investidura, ni siquiera del PNV, y mucho menos de Ezquerra republicana. Votarán que sí, porque la derecha nacionalista no sólo se opone irracionalmente al progreso social de toda la sociedad en su conjunto, sino que aspira a revertirlo todo, si se le tiende la alfombra de la desunión y de las líneas rojas. Se sigue y seguirá avanzando, que es lo importante, aunque no sea al ritmo que muchos quisiéramos

lunes, 6 de diciembre de 2021

No matemos a la gallina de los huevos de oro

Comentario, a escrito de Juan Carlos Monedero 

Sin discusión alguna, Monedero es un tío "leído y escribido", como se dice en otras latitudes; es un tío comprometido con la izquierda y con los intereses que representa, y no sólo aquí, sino también en el mundo; y es un tío con facilidades de expresión oral (le he escuchado alguna vez desde cerca) y escrita. Todo mi respeto y consideración. Pero, a no ser que haya un trasfondo electoral en su escrito, y dadas por hecho las verdades históricas, que comparto, me da la impresión de que hay cierta ambigüedad y sesgo de identidad con Podemos. Reconozco el rol histórico destacado de Podemos en la política española; que Unidas Podemos, es el único partido, a la izquierda del PSOE, de connotación nacional, y por tanto necesario a la hora de conformar un gobierno; pero puntualizo que, hoy carece de un fuerte liderazgo, y que debe replantearse algunas políticas y estructuras, para no seguir languideciendo. Para las próximas elecciones sería impredecible, si su gestión ministerial sería rentabilizada por el PSOE o no, o si el abrazo del Oso, lo anularía electoralmente o no.

En política hay partidos, ideologías, principios, programas, pero la sociedad está en constante movimiento y cambio, y estos son los que dictan, en última instancia, la táctica a emplear en cada momento. Eso es política. Yolanda Díaz, no se plantea ignorar a Podemos, pero si pretende, a partir de su popularidad, de su carisma gallego, de su capacidad de negociación, y de la fuerza actual del feminismo, asegurar a todas las fuerzas a la izquierda del PSOE, un resultado electoral más digno, que le dé más fuerza ministerial y de gobierno. Si se gana, felicidades muchas, pero su aspiración es realista. Y que esta alianza electoral, tenga buenos resultados electorales, es deseable hasta por las fuerzas sanas del PSOE, que temen un sorpasso de la derecha

 Yo he escuchado o leído la inmensa mayoría de las intervenciones de Yolanda Díaz, y me parecen muy atinadas, consecuentes y realistas. No ha hablado de disolver partidos de izquierda, sino de romper con su fraccionamiento electoral y la consiguiente pérdida de votos electorales; no hablado de renunciar a las utopías, sino de acotarlas para hacerlas viables; nunca ha renegado del comunismo, pero se distanció totalmente del estalinismo como forma de hacer política, y eso era necesario en una sociedad como la nuestra, donde la derecha marca la línea editorial y el linchamiento, embadurnándote de "gulags y de crímenes estalinistas” a la primera piedra o canto de cisne

Yolanda Díaz tiene personalidad propia, buena aceptación personal y ministerial, y tiene principios. Al ser mujer, delicada y correcta, contribuirá a restarle acritud, testosterona, y crispación a la política en España. No podemos asegurar cuántos votarán a su favor, pero si prever, cuántos de derechas o indecisos, la tendrán presente. Siempre será más lo que aporte que, lo que reste al movimiento. Estos giros, en la forma de hacer política, han estado presente, desde siempre, en la historia de la humanidad; y ni siquiera, el Marxismo, ha ignorado el rol de la personalidad.

Pero además, Yolanda aún no ha planteado su candidatura. Está centrada ahora, en lo más importante, en diseñar un programa, con base en la reindustrialización de España, y que pueda resultar transversal para una mayoría. No matemos a la gallina de los huevos de oro, por sutilezas o sesgo político conceptual o emocional. Déjenla intentar, lo que no se pudo "tomar por asalto”, en su momento

  

 

martes, 23 de marzo de 2021

Madrid, adelanto de elecciones. Voto al PP, irá a VOX, a la ultraderecha

La convocatoria de adelanto de elecciones, de Ayuso, ha sido muy hábil e inesperada; y ha cogido movidos al resto de los jugadores del tablero político madrileño. Haciendo un corte hoy, la derecha-ultra, sin mucha distinción, ganaría las elecciones; porque a pesar de la precariedad y abandono que ha aflorado la crisis; y de las “grandotas y disparatadas ideotas” de esta señora, ha logrado (junto con VOX) mantener movilizada a la derecha, desde el mismo momento de su juramentación como presidenta de la comunidad. Ha jugado con los sentimientos de la población, contraponiendo economía a salud; libertad de circulación y comercios, a protección y seguridad ciudadana; medidas aisladas, con parafernalias, de cuestionable factibilidad, y racionalidad, a medidas responsables y necesarias, adoptadas por gobierno central; y la tribuna permanente y el show mediático, a la coherencia y oposición responsable. Ahora, con un total desconocimiento o desfachatez, ha lanzado la consigna de libertad o comunismo. Nunca se había banalizado y vulgarizado tanto con la política; nunca una base del PP (Madrid) ha estado tan cerca de VOX como hoy; nunca el PP se había acercado tanto a sus antecesores falangistas y de Alianza Popular. Lo cierto es que, desde una oposición a ultranza y mediática al gobierno del país, por pasarela y aplicando la política del ruido, no importa cuánto, ni sea cierto o no, ha logrado mantener vivo el nombre del PP en las redes y los medios.

Pero Madrid, aunque conservadora, no es sólo de derechas y pija. El reto de la izquierda es, en tan sólo 2 meses, motivar y movilizar a los amplios sectores populares, al voto indeciso; desmontar y enfrentar las arbitrariedades, ambigüedades, y supuestos logros y proyectos de la Ayuso; y persuadir a la mayor cantidad de electores posibles, que si gana la derecha, esta vez no es cualquier derecha, no; será un gobierno reaccionario populista a lo Trump, que creará un clima permanente de crispación social; de reajustes de las políticas sociales; de más privatizaciones y derivaciones de recursos a la privada sociales; de retrocesos en derechos. 

Desgraciadamente no creo que, sólo bajo el liderazgo de Gabilondo, Errejón y de Serra, se logre evitar el acceso de la derecha reforzada, y más con el estigma de la división, y decepción que provocó en una parte de la izquierda “indignada”, la escisión-traición protagonizada por Iñigo Errejón (al margen de los resultados superiores a UP, que obtuvo éste en las elecciones de hace dos años). No obstante, la realidad es que, el electorado está muy segmentado, y no se puede prescindir de ningún partido de izquierda, porque no sería viable ni rentable una alianza antes de las elecciones. Todos los líderes y partidos suman, con su personalidad sosa o intelectual, con sus programas. El problema pudiera estar, en si alguna de las fuerzas políticas de la izquierda, no llega a alcanzar el 5% de los votos, pues esos votos se los llevaría el diablo; irían a los partidos más votados. El PSOE, por tacticismo electoral o no, tiene que distanciarse de Unidas Podemos, para tratar de atraer parte del electorado de Ciudadanos, y hasta del PP. Mas Madrid, seguirá rebañando electores a la derecha de Podemos y a la izquierda del PSOE, en un terreno muy movedizo y poco sólido, ahora mas difícil sin el apoyo de Carmena; con fuertes divisiones internas (recogiendo lo que sembró), y con la participación inesperada de Pablo Iglesias en la campaña, como cabeza de lista de Unidas Podemos

Me imagino, que a muchos, de izquierda o de derechas, incluso “apolíticos”, les ha desconcertado la dimisión de Pablo Iglesias, como vicepresidente del gobierno, para encabezar la candidatura de Unidas Podemos Madrid. Ya estamos escuchando o leyendo todo tipo de interpretaciones. Es lógico, porque es una figura pública y mediática, que dice verdades que levantan ronchas; y que otros no reconocen o temen decir, o simplemente no quieren escuchar, por considerarlo o por asumirlo por reflejo condicionado por los medios, como antisistema, “satánico”, “comunista”. Otros, por prejuicios o por rancio nacionalismo, y le cuestionan su postura ante los partidos independentistas. También es verdad, que no siempre dice las verdades con habilidad y tacto político, a pesar de su gran preparación profesional, y su oratoria. En política no caben las suposiciones; y si sabes que te están mirando con lupas, no puedes dar respuestas categóricas, sencillas, a problemas complejos; has de explicar bien y sin flecos, para que no saquen tus palabras de contexto. Tampoco niego, que estos son tiempos de polarización y arenga política; no de paños tibios, ni de mucha diplomacia y “decencia” en política. Al menos a la derecha en Madrid, no le va mal   

Al margen de las verdaderas u “ocultas” razones de Pablo, que sólo sabe él; es una jugada muy arriesgada y un acto de desprendimiento, al que no estamos acostumbrados en la política española, de forma voluntaria. Unos, como Rivera (Cs) y Rosa Diez (UPyD), abandonaron la nave que habían construido y capitaneado, cuando ellos mismos la dirigieron hacia un naufragio seguro; otros, han sido obligados o “invitados” por sus partidos, a renunciar a ministerios y a cargos a nivel nacional, para rentabilizar su imagen en elecciones autonómicas, etc.; y otros, se han visto obligados a dimitir, como Rajoy; o a retirarse absoluta y totalmente del partido y la política, al ser destronado en unas primarias, como le pasó a la heredera del Rajoynismo, Soraya Sáez. Pablo Iglesias, de forma voluntaria, renuncia a 2 años de legislatura, como vicepresidente; para bajar a la base, y jugársela el todo por el todo, como líder político y como partido, “tiene cojones, ¡eh!”. Si logra su cometido, doble mérito; pero si no, se autoliquidó como político; se le acabó su carrera política, a no ser que haga un Pedro, que haga como el ave fénix. Esta decisión sólo es explicable, desde una profunda responsabilidad, convicción y vocación política e ideológica; por amor al partido que él y otros crearon, por sentido de la responsabilidad, y por una gran seguridad en sí mismo o ego. Eso es tener madera y corazón.

En el contexto actual, habría que reconocer que, Unidas Podemos no está, de lejos, en su mejor momento; y su futuro se define en Madrid, origen y sede irradiadora de Podemos. Si se pierde Madrid, si no se logra entrar de manera convincente en el parlamento madrileño, sus días pudieran están contados, como fuerza política nacional, y como Marca política. Si hay un lugar, donde la marca de Podemos era fuerte, a pesar, de sus altos y bajos, era Madrid; pero pudo más el ego y el interés personal. Algo extraordinario había que hacer, con sólo dos meses, para las autonómicas, y algo más de 2 años para las nacionales. Aquí es donde entra en valor, la decisión de Pablo Iglesias. De lo que se trata es, de cerrarle el paso a la alianza de la ultraderecha; al margen, de que legítimamente, su cofundador y líder, también quiera salvar a Unidas Podemos

Iglesias tiene como viento en popa, que, mediante el acuerdo de gobierno, y su insistencia y persistencia (y buenas relaciones con la izquierda nacionalista y/o independentista), se han logrado importantes leyes y decisiones con carácter netamente social, en medio de una situación económica extremadamente difícil; que ha cedido el bastón institucional de Podemos, a Yolanda Diaz, la ministra de trabajo, muy bien valorada socialmente; y su propio acto de fe para salvar al partido que representó y representa a nivel nacional, el espíritu del 15M, a lo que pronto se dedicará a tiempo completo. Ahora, posiblemente se sentirá más cómodo, y le será mas fácil moverse en la dicotomía, de Partido político independiente y miembro minoritario de un gobierno de coalición; de líder de su partido y vicepresidente de gobierno. A los ojos de su electorado tradicional, ganará en aprobación  

Por otro lado, la derecha y su gran poder mediático, han logrado, con éxito, fijar en la mente de gran parte de la población, que Podemos es comunista y pretende instaurar el comunismo en España. La sociedad española es muy conservadora, y la manipulación es muy fuerte y sistemática. La gente mayor no ha podido sobreponerse al fantasma de la guerra civil; y la dictadura de Franco existió lo suficiente, como para rescribir la historia, y tildar de culpables a los comunistas. Mucha gente se deja llevar por la campaña de ahí viene el lobo; y tampoco intenta ver tras la cortina de humo. Se olvida de que vivimos otros tiempos; en una sociedad democrática consolidada, con una constitución; y dentro de la Unión Europea; que determinan de conjunto, el actuar y comportamiento de cualquier gobierno, independientemente del color de su partido. También olvidan o no quieren ver, que, hasta el comunismo y el socialismo de hoy, son otros; de que se acabaron los gobiernos de mayoría absoluta, después de inaugurarse una nueva etapa política en España, caracterizada por el multipartidismo, con sus altas y bajas, y los gobiernos de coalición; ambos, indicadores sin duda, de mayor y mejor representatividad social, y de mayor nivel de discusión y consenso en la aprobación de las leyes.

Si Unidas Podemos logra un buen resultado electoral en Madrid, no sólo aseguraría su subsistencia como fuerza política, sino que también tendría mayor visualización desde la comunidad cabecera, que facilitaría la rentabilización de su rol, en lo que queda de legislatura nacional, sin llegar a ser absorbido por el PSOE. En las coaliciones, como regla, los logros se los lleva la fuerza mayoritaria, y los fracasos, el socio minoritario. 

Al margen de los resultados electorales, y de Unidas Podemos en particular, en las autonómicas de Madrid, reitero que, Unidas Podemos debe renunciar a ser un partido de corte tradicional, y asumir el rol de coordinadora, (manteniendo su fuerza y marca en Madrid), con representación nacional permanente,  y respeto a las organizaciones de izquierda autonómicas y local, asociadas a los orígenes y espíritu del 15. Tratar de replicar a Podemos, en las comunidades, etc., fue un error, que sólo contribuyó a mayor división, fragmentación, y dispersión de la izquierda. Unidas Podemos ha de explicar y reafirmar, una y otra vez, que no representa ningún peligro para la democracia y la propiedad privada española, aunque si un freno al liberalismo corrupto e “inmisericorde” que, ignora y quiere perpetuar las grandes desigualdades; y que ha vuelto a sus andadas, incrementando la precarización laboral y salarial, como instrumento de dominación y de coacción, a una sociedad de derecho; sacrificando incluso, a gran parte de la clase media

Soy de la opinión, de que la campaña electoral de la izquierda, debe centrarse en, posicionar en la mente de los electores, que el voto al PP irá a VOX, porque permitirá su entrada al gobierno de la comunidad; que hará posible un gobierno ultraconservador y populista, y de retroceso social bajo la presión de VOX. La participación de Pablo Iglesias, en la campaña por Madrid comunidad, revitalizará la política, activará a la izquierda adormecida, y sumará votos para evitar la caída de Madrid. Vivir para ver

 

miércoles, 8 de julio de 2020

ESPAÑA: Libertad para mí

La libertad de prensa, dentro de la libertad de expresión, es expresión real de poder, por su alcance y por su soporte material y económico. No por gusto existe gran aceptación en cuanto a que constituye el 4to poder. En teoría es uno de los contrapesos de la democracia, que permite llevar a las amplias mayorías (hoy) información sobre todo lo más importante de lo que acontece en la sociedad y en el mundo, incluida la gestión y actuación de un gobierno. 

Supuestamente, la existencia de la prensa "libre" asegura transparencia política y social, y le da armas al ciudadano para poder actuar con conocimiento de causa; pero también es un elemento de presión, hacedor y movilizador de opinión, cuando la información de la realidad es manipulada, o cuando el poder se usa para divulgar y defender los intereses y valores de sólo una parte de la sociedad - la dueña de los periódicos y cadenas de televisión y radio, y tecnológicas, etc. Coincidiremos entonces, que en muchos países la libertad de prensa es más libertad de presión de los poderosos, que representación y defensa del amplio espectro social. Por tanto, los medios de prensa no son intocables, ni jueces imparciales, por el contrario. Las minorías, o los "machacados y linchados" por los grandes medios, tienen derecho a defenderse, a criticarlos y a denunciarlos, desde la posición en que se esté. Ojalá, hubiese medios para exigir la transparencia y objetividad, sin constreñir la libertad. Otra cosa es el derecho al insulto.
 
Por principio, el insulto es indeseable, crispante e irrespetuoso, y se debe evitar. Yo no lo hubiese defendido desde una posición gubernamental, aunque en el fondo pudiese considerarlo un acto de reciprocidad, y de legítima defensa, bajo determinadas condiciones. Hay otros dirigentes de la nomenclatura de dirección de U.Podemos, que lo hubieran podido decir, y no pasaba nada. El insulto, no deja de ser comprensible en determinados momentos de irascibilidad y frustración social; comprensible en determinados contextos de indignación; y por favor, no hay que tener la piel tan fina, que aquí la prensa insulta con frecuencia, y de todas las maneras posibles, y no pasa ni pasará nada; pues los grandes medios son parte de la plutocracia, y constituyen su mejor arma para defenderse, manipular, mentir, y "lavar" su imagen. Hipocresía, una y otra vez, y otra vez; manipulación y linchamiento mediático. Todo vale

viernes, 31 de mayo de 2019

ESPAÑA: Podemos, ¿crónica de una muerte anunciada?

Evidentemente, Podemos fue el gran perdedor de las municipales y autonómicas. Llámese Unidas Podemos, las Mareas en Galicia, Zaragoza en Común, Adelante en Andalucía con la excepción de Cádiz, o los Comunes en Barcelona, etc., la debacle fue generalizada. Incluso Compromis en Valencia comunidad y ciudad, perdió concejales respecto al 2015. Podemos pudo haber desaparecido de la actualidad política española, como UCD, CDS y UPyD pero no, porque aunque perdió escaños en el Congreso (de 71 a 42) y en el Senado (de 16-5 sino no fuera por la concesión del PSOE) aún tiene representación legislativa e influencia en el Congreso, y puede rentabilizarlos, si juega bien sus cartas. Sin embargo, los resultados exigen mucho análisis y reflexión, y toma de decisiones de calado

Suenan campanas llamando al degüello, se publican alegatos de resentimiento contra la dirección nacional de Podemos y Pablo Iglesias; se dan renuncias de directivas enteras y personalidades de Podemos en los territorios, y no faltan críticas, justificaciones, y argumentos desde todos los lados. 

En mi opinión, lo sucedido se podría explicar desde antecedentes tan “lejanos” como de carácter fundacional, y desde el punto de vista estratégico, previo y durante la campaña electoral. Algo de todo esto lo he estado señalando en este blog, desde las anteriores elecciones generales. 

Podemos, y fíjese que digo Podemos y no Unidas Podemos, después de las primeras elecciones europeas (2014) en las que obtuvo 5 escaños, decidió no trabajar inmediatamente para participar en las municipales y autonómicas del 2015, porque no tenía estructura, ni cuadros en los territorios y no quería correr ningún tipo de riesgo hasta las generales; lo que no dejaba de tener su lógica. Pero el movimiento de los indignados, machucados y marginados por la crisis, no era exclusivo de Madrid; y el modelo Podemos terminó replicándose automáticamente en los territorios, pero con marca propia e independencia. La respuesta de la dirección nacional de Podemos, fueron las Confluencias para las elecciones del 2015, a la que se incorporaron otros partidos de izquierda, ecologistas, nacionalistas, etc. Que en su conjunto dieron la mayoría para dar a luz a los Ayuntamientos del Cambio. 

Después de las municipales, la dirección de Podemos ha tratado de crear y consolidar organizaciones de base en los territorios, pero ya era tarde; ese espacio estaba cubierto, y su insistencia sólo ha servido para fraccionar aún más a la izquierda y al movimiento alternativo de izquierda. La solución era asumirlo, tomar la iniciativa, y propiciar en ese momento la constitución de un partido y dirección federal, donde estuviesen representados en igualdad de derechos todos los territorios y movimientos afines; una organización con un núcleo de programa común para todos, a partir del cual en cada lugar se podrían incorporar sus problemas y soluciones muy propias; y donde se reconociera la independencia y representación de esas organizaciones en los territorios; y a su vez estas aceptaran  la función coordinadora, organizativa y representativa de la dirección nacional de Podemos. En los ayuntamientos se pueden y se hacen cambios, pero los cambios de gran alcance, de carácter trascendental para la sociedad española, se hacen en Madrid; y era y es imprescindible una vertebración nacional de Podemos y afines a nivel nacional, con una cara visible y un liderazgo. Los partidos locales, sean de la ideología que sea, no pueden prescindir de una buena representación y apoyo en la capital.  
  
Después de las elecciones de 2015, en Madrid, Barcelona y otras importantes ciudades donde ganaron las confluencias (estos movimientos a los que apoyó la dirección nacional de Podemos, visualizándolos a nivel nacional, movilizando a sus simpatizantes a votar por ellos), por lo general terminaron volviéndose arrogantes y exigentes, se constituyeron en partidos independientes, y se presentaron a estas elecciones en solitario. La mayoría cortó lo que quedaba de cordón umbilical con Podemos. 

Los malos resultados por venir, eran más que predecibles. Las confluencias dejaron de serlas, y todos se presentaron por separado, divididos, a lo que sumó más paja los enfrentamientos entre Iñigo y Pablo Iglesias, y la falta de tacto de Carmena, que terminaron en la implosión de Podemos en Madrid y una gran repercusión nacional, al arrastrar con ellos a otros líderes de Podemos que renunciaron a sus cargos de dirección y/o representación. ¿Quién tendría fe en unos dirigentes, en un movimiento o partido, donde la rivalidad por el liderazgo está por encima del sentido común, y de los ideales de cambio y mejora social? Esta situación, en su conjunto, terminó decepcionando a mucha gente de izquierda, que finalmente no votó, se abstuvo (también por errores políticos en la mayoría de las alcandías del cambio), o le dio el voto útil al PSOE ante tanta atomización e incertidumbre.

Después del golpe partidista de los Barones socialistas a Pedro Sánchez, y su resurrección, las bases del PSOE se empezaron a animar e ilusionar al igual que antiguos simpatizantes, que decepcionados se habían abstenido en las elecciones de la pasada legislatura, o habían migrado a Podemos o Ciudadanos. La Moción de censura proyectó de nuevo al PSOE como partido de gobierno, permitiéndole hacer y/o que se aprobaran, decretos ley y leyes de contenido social, detrás de las cuales estuvo la exigencia e insistencia de Unidas Podemos, pero que finalmente ellos se llevaron todo el rédito. Esa fue la mejor campaña electoral del PSOE. Sin la moción de censura, los resultados electorales también hubiesen sido otros; pero también porque Ciudadanos (Cs) en su batalla contra el PP para erigirse en la oposición de derechas, abandonó el centro, y esto también benefició al PSOE. 

También benefició al PSOE, el hecho de que Podemos se hubiese escorado muy a la izquierda. El movimiento de los indignados era de izquierda, en cuanto promovía y exigía cambios sociales, protección social, progreso social, y se cuestionaba a los partidos y política tradicional en los que no se veía representado, por el contrario; pero en su composición social era transversal. Había gente de todos los sectores, clases y grupos sociales. Como todo movimiento social que surge y se desarrolla producto y durante una crisis, comenzaría a menguar en cuanto se ha ido rebasando la crisis. El momento de radicalización fue en sus inicios; lo razonable, lógico, y estratégico después, era fortalecer su transversalidad en la medida en que se superaba la crisis y la crispación, aunque los de más izquierda fueran o regresaran a Izquierda Unida. Ese era un voto seguro, agrupado en IU. La izquierda para triunfar, llegar al poder, no puede desarrollar un espacio político, y abandonar otro. Unidas Podemos como confluencia o bloque electoral para las elecciones, me pudiera parecer bien en última instancia, pero hasta ahí. Los dos deben recuperar su espacio natural, aunque haya cooperación y coordinación en determinadas cuestiones. Mucha gente de centro abandonó Podemos, no sólo por las divisiones, sino también porque dejó de verse representado en él; igual ha pasado con simpatizantes de Izquierda Unida, que tampoco se ven representados, sino más bien absorbidos. Ya he dicho en otra ocasión, que esta unión no suma, por el contrario. Ambos trabajan con el mismo “segmento de mercado”, lo que priva a Podemos de la posibilidad de abrirse a otras fuerzas y grupos sociales, que también quieren cambios, y progreso social, sin ser comunista.

Por último, y no menos importante, la incorporación tardía de Pablo Iglesias a la campaña electoral, por la causa o justificación que sea, puso en peligro las generales, que salvó el mismo con su participación madura, serena, equilibrada, educada y bien argumentada, durante los dos debates televisivos electorales. Sin embargo, cuando todo parecía ir a mejor, y Pedro Sánchez evitaba temas escabrosos que pudieran comprometer los resultados, Pablo tuvo que tirarse en la piscina con el tema de la donación de Amancio Ortega. ¿Era tan importante, tan urgente, llevar ese tema a la campaña electoral? ¿Era tan incuestionable la mala actitud de Ortega, que había que denunciarla, porque además ayudaría en los resultados electorales? En primer lugar, no era el momento, ni el tema era tan perentorio; y en segundo lugar, la forma en que se dijo, se argumentó o se publicitó puso en cuestión el humanismo de Podemos aunque no fuese su intención. Se cargaron a todos los enfermos de cáncer y sus familiares, y mucho más ¿A quién se le ocurrió? Pero ya que salió el tema, me explico. Está claro que la Salud pública, la calidad asistencial, la calidad de los equipos de diagnóstico y quirúrgicos, etc., son responsabilidad exclusiva del Estado, y para ello contribuimos; pero el que quiera donar en equipos o en dinero, para contribuir de alguna manera en algunos territorios, bienvenido sea, siempre que no sea para lograr bonificaciones o exención de impuestos por valores superiores, u otras prebendas; y no se convierta en una práctica que tape ineficiencias en la gestión pública de la salud o supla la responsabilidad del estado. Pero en cualquier caso, querido Pablo, si en política no se debe decir mentiras, si se debe saber callar verdad, tu verdad, sino rentabiliza votos.

Las victorias nos vuelven arrogantes cuando no las sabemos manejar, pero los errores y fracasos han de hacernos más humildes y sabios. Aún hay vida y mucha experiencia acumulada, y la dirección  de Podemos y las bases tienen ahora la palabra. Si no se había hecho antes, este es el momento de plantear la refundación de Podemos, su refundación desde una concepción federalista, con nuevos estatutos, órganos, y un programa y estrategia más transversal. En este momento de sabor amargo por la derrota, la dirección de Podemos tiene que iniciar ya conversaciones, buscar consensos y tomar acuerdos para la fusión en cada territorio de las bases de Podemos y partidos y movimientos afines, sin imposiciones, sin ganadores ni perdedores, con sus nombres locales o territoriales (incluyo a Mas Madrid de ciudad y autonómico), y una dirección a nivel de cada territorio, elegida mediante primarias, sin propuesta ni presión por ningún lado; y por último, demostrar desde las Cortes que hay un nuevo Podemos, que apoyará y exigirá al PSOE según aconsejen sus bases y la política, y que ejercerá de garante del rumbo de mejoras sociales, desde una oposición responsable. Lo demás, lo dirá el tiempo.

Ah!, lo de entrar al gobierno con el PSOE, tiene dos caras. Una, de mayor visualización de Podemos, pero que dependerá de cuantos ministerios y de cuales carteras (previsiblemente una o dos) le de el PSOE a Podemos; y por otro lado, el formar parte del gobierno compromete y pone palos en las ruedas a Podemos en la oposición constructiva al PSOE. Al final de esta legislatura, en un gobierno de coalición los méritos se los llevaría el PSOE, si hay buena gestión; pero si no los hay, Podemos se hundiría irremediablemente.