La libertad de prensa, dentro de la libertad de expresión, es expresión real de poder, por su alcance y por su soporte material y económico. No por gusto existe gran aceptación en cuanto a que constituye el 4to poder. En teoría es uno de los contrapesos de la democracia, que permite llevar a las amplias mayorías (hoy) información sobre todo lo más importante de lo que acontece en la sociedad y en el mundo, incluida la gestión y actuación de un gobierno.
Supuestamente, la existencia de la prensa "libre" asegura transparencia política y social, y le da armas al ciudadano para poder actuar con conocimiento de causa; pero también es un elemento de presión, hacedor y movilizador de opinión, cuando la información de la realidad es manipulada, o cuando el poder se usa para divulgar y defender los intereses y valores de sólo una parte de la sociedad - la dueña de los periódicos y cadenas de televisión y radio, y tecnológicas, etc. Coincidiremos entonces, que en muchos países la libertad de prensa es más libertad de presión de los poderosos, que representación y defensa del amplio espectro social. Por tanto, los medios de prensa no son intocables, ni jueces imparciales, por el contrario. Las minorías, o los "machacados y linchados" por los grandes medios, tienen derecho a defenderse, a criticarlos y a denunciarlos, desde la posición en que se esté. Ojalá, hubiese medios para exigir la transparencia y objetividad, sin constreñir la libertad. Otra cosa es el derecho al insulto.
Por principio, el insulto es indeseable, crispante e irrespetuoso, y se debe evitar. Yo no lo hubiese defendido desde una posición gubernamental, aunque en el fondo pudiese considerarlo un acto de reciprocidad, y de legítima defensa, bajo determinadas condiciones. Hay otros dirigentes de la nomenclatura de dirección de U.Podemos, que lo hubieran podido decir, y no pasaba nada. El insulto, no deja de ser comprensible en determinados momentos de irascibilidad y frustración social; comprensible en determinados contextos de indignación; y por favor, no hay que tener la piel tan fina, que aquí la prensa insulta con frecuencia, y de todas las maneras posibles, y no pasa ni pasará nada; pues los grandes medios son parte de la plutocracia, y constituyen su mejor arma para defenderse, manipular, mentir, y "lavar" su imagen. Hipocresía, una y otra vez, y otra vez; manipulación y linchamiento mediático. Todo vale
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