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domingo, 20 de enero de 2019

ESPAÑA: Podemos, las alianzas electorales y Errejón

Las coaliciones, alianzas, frentes o partidos instrumentales, son viables y efectivas cuando se piensa y se logra que la suma de sus integrantes y electores tendrá un efecto multiplicador en las elecciones, o sea que habrá una sinergia política, que permitirá alcanzar más votos y escaños, al nivel que sea. ¿Qué ha pasado entonces desde la alianza electoral de Podemos e Izquierda Unida? Unidos Podemos ha obtenido menos escaños que cuando se han presentado por separado, no sólo en las últimas elecciones nacionales, sino también ahora en Andalucía. Probablemente, sus programas por separados tienen mucho en común, y existe una gran afinidad ideológica y afectiva entre sus dos máximos dirigentes, pero entre su membresía y simpatizantes hay diferencias.

 Muchos, dentro de ellos yo, vemos que la alianza y participación de Podemos e IU en las elecciones, como un bloque único, ha sido percibido por muchos como un escoramiento de Podemos hacia la izquierda, desmovilizando a parte de su electorado inicial por abstención o regreso al PSOE, ahora de Pedro Sánchez. El efecto esperado fue mal calculado, no multiplica, y ni siquiera suma. La membresía y electorado de Izquierda unida, es militante e ideológicamente homogénea y coherente; y no pocos, ya sea por temor a ser absorbidos por Podemos como partido, o por desconfianza o por vanidad, no aprueban esa alianza. 

Si vamos a Podemos, resulta que sus electores, están muy segmentados dentro del factor común de la indignación y la decepción por los partidos políticos y la política tradicional; son  muy heterogéneos por su extracción social e ideológica. En sus orígenes, y en mucho hasta hoy, son ciudadanos procedentes de los más diversos sectores sociales, que sufrieron en carne propia o cercana la crisis; que vieron frustrados sus sueños y sus carreras profesionales, laborales, o de emprendedores; que perdieron sus empleos o negocios; gente que perdió su estatus social, y se vio arrojada de golpe a la precariedad; gentes que perdieron sus ingresos bancarios o su vivienda; jóvenes y menos jóvenes que tuvieron que replegarse al hogar familiar, renunciando a su independencia, y/o que tuvieron que solicitar ayuda familiar para sobrevivir; en fin, gente machucada y marcada por la crisis. Toda esta gente marginada por la crisis, abandonada a su suerte, se indignó contra el gobierno de turno, contra los políticos y partidos tradicionales. El 15M, que surgió como un movimiento civil espontaneo, de la calle, se transformó gradualmente en un partido (Podemos), muy peculiar, para poder acceder y hacer política también desde las instituciones del Estado. Y digo peculiar, porque es un partido instrumental de por sí, por la composición y aspiraciones transversales de su electorado; y por la exigencia participativa de su membresía en la toma de decisiones. 

  Podemos, no puede abstraerse de esa realidad que le dio origen; y siempre tiene que estar reinventándose, para no perder su esencia. Podemos encarna la decepción, la desconfiada de todos y en todo, y la exigencia de protagonismo político, a partir de una nueva mentalidad democrática que responde al “no quiero que me representen, quiero representarme yo"; "no quiero que voten y acuerden por mí, no, quiero hacerlo yo”. Tanto en su composición como en su dirección, predomina una juventud apasionada, llena de energía y deseos; pero este partido no lo fundó una sola persona, sino un grupo de jóvenes, con mucho aval teórico universitario, pero sin experiencia política previa. El grupo inicial se siente fundador, de igual a igual, y algunos no aceptan las reglas de la democracia, donde al margen de la razón o no, la minoría ha de subordinarse a la mayoría y a la disciplina, que ello demanda, aunque esté representada en los órganos de dirección.

Ese espíritu contestatario y rupturista de Podemos y sus dirigentes y seguidores contra el anquilosamiento y cdescomposición la política tradicional, su falta de unidad ideológica, y de una disciplina vertical partidista tradicional propia de otros partidos tradicionales, hace la conducción y supervivencia de Podemos muy compleja, pues desgraciadamente no todos están a la altura. A todos los une un programa común, y un sentimiento democrático participativo, que los hace más democráticos y diferentes; sin embargo, esa heterogeneidad y el sentido equivocado de la democracia partidista de algunos, los hace frágiles, vulnerables e inestables, ante tanta ambición de protagonismo de sus líderes fundadores; y eso pasa factura dentro de su electorado. Para que exista un partido, no sólo debe haber un programa; también un orden y una disciplina, por muy  democrático que sea, de lo contario es un caos, o en el mejor caso, un grupo de anarquistas. Democracia y anarquía, son antónimos.
 El desespero o ambición personal de Errejón, al saltarse a la torera la disciplina y la dirección nacional de Podemos, o de equívocamente trasladar el ambiente de auditorio, de foro universitario, de discusiones teóricas, intelectuales a la política, no deja de ser una gran irresponsabilidad, que ha puesto en riesgo no sólo la  propia existencia de Podemos, sino el futuro de la izquierda madrileña y el desenlace electoral, a sólo escasos meses de las municipales y autonómicas. Nada lo autoriza a saltarse el mandato, como si fuese un candidato independiente o un partido independiente. Si es lo que quiere, que lo haga desde fuera de Podemos. No es la primera vez, que Iñigo promueve mediáticamente, acciones para imponer sus criterios. Sin embargo ya el mal está hecho, y en nombre de la izquierda hay que encontrar una salida.

Hablando serenamente, creo que la idea en sí, de ir todos a las autonómicas bajo la marca Madrid Carmena o Mas Madrid no es mala, porque  los partidos tienden a ser excluyentes, porque sus direcciones están obligados a tomar posición en determinadas circunstancias y situaciones, y eso puede excluir a mucha gente. Creo que al final la izquierda sumaría votos y escaños. La decisión unilateral, no consensuada de Errejón exige una respuesta disciplinaria, y en principio debería ser excluido de la dirección de Podemos, pero no se puede sancionar el resultado de las próximas elecciones, en Madrid y en todo el país. Particularmente pienso, que lo más importante para la izquierda y a quienes representan, es llegar al poder y recuperar o avanzar en los cambios sociales. Las siglas, los partidos, son un vehículo para participar activamente en la vida política, pero no la razón de ser. En mi opinión, la dirección nacional de Podemos está obligada moral y responsablemente, a pedir el voto de Podemos a Mas Madrid, y apoyar su candidatura; obviamente, sobre la base de la negociación previa de un programa, y lista.

Ahora mismo, Podemos podría estar implosionando, podría fraccionarse y dejar de ser un partido nacional. Necesita tiempo para reorganizarse y reinventarse después de las elecciones municipales y autonómicas. La prioridad hoy, es lograr que la izquierda se presente unida a las elecciones y llegue al poder. En muchas comunidades la marca Podemos no es mayoritaria dentro de la izquierda, aunque si sus primos hermanos, las Mareas, Compromís, y Podemos en común. Tal vez es la hora de que Podemos se replantee sus objetivos, y sin renunciar a su idea de partido, trabaje más por la unidad de la izquierda, con el mejor candidato al frente, sin importar las siglas. Podemos dio forma y alma política a un movimiento civil, contestatario; y alumbró el camino al resto de la España inconforme, para organizarse y luchar por alcanzar el poder político. Su mérito y papel es incuestionable, y por eso no puede ir contra su esencia fundacional. En mi opinión, debe priorizar su función de coordinador de las izquierdas, desde una junta donde estén representadas todas las izquierdas en proporción a sus electores o afiliados, bajo un programa mínimo común, y con candidatos comunes.


martes, 27 de diciembre de 2016

ESPAÑA: De izquierda a izquierda

Como regla, los grandes cambios sociales se producen bajo una situación de crisis económica o de guerra. En época de crisis, la sociedad tiende a polarizarse ante su decepción con la política tradicional y/o del gobierno de turno. Crece la izquierda, y en algunos países la ultraderecha. La derecha tiende a limitar libertades; y en su afán de mantener a flote a los privilegiados, descarga la crisis sobre el resto de la sociedad. Si los partidos políticos de izquierda no aprovechan esa situación y ese momento, para canalizar con inteligencia el descontento social, las aguas volverán a su cauce. Entonces tendremos que asumir que se ha perdido la oportunidad de recuperar las conquistas sociales arrebatadas, de lograr otras, y de tratar de blindarlas de forma tal que sólo puedan ser revocadas mediante referendo popular. Pasarán décadas hasta que se produzca una situación similar.
Normalmente, el voto de la mayor parte de población es emocional. En época de crisis es un acto reflejo casi incondicionado de su inseguridad, insatisfacción o frustración con el gobierno de turno, sea del color que sea; y al que le achaca con razón o sin ella, el deterioro de su sistema de vida y su bienestar. Todos sabemos que las crisis del capitalismo son cíclicas, y que son cada vez más profundas y largas, pero todavía tiene muchas reservas, y terminará reacomodándose. La media de la población es de comportamiento conservador. Con tranquilidad y algo de bienestar se conforma.  Aunque a un alto costo social, la economía volverá a reanimarse; y en lo político se harán reformas de poco calado que aplacarán los ánimos. En la izquierda más comprometida quedarán los votantes tradicionales y algo más. Entonces, a lamentarnos, y a buscar culpables.
Por razones que muchos sospechábamos, y reconocidas hace muy poco por el exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez, los Barones del PSOE no quisieron formar un gobierno de izquierdas, un gobierno de cambio, por “incompatibilidad” con Podemos, y con lo que representa. Finalmente, después de dos elecciones, los dos partidos del bipartidismo, comprometidos con la plutocracia, y convergentes en muchos temas neurálgicos a fuerza de tantos años en el poder, han hecho posible un gobierno del PP. La crisis no ha sido superada, sobre todo en lo social, pero si pasó el momento político más álgido. En otras palabras, se perdió la oportunidad de conformar un gobierno de izquierda, un gobierno de cambio
Ahora no queda otra opción que prepararse para una lucha larga y de desgaste en las instituciones. Llegar a las instituciones es de por sí difícil, pero más difícil es conservar tu electorado y crecer desde la oposición. Desgraciadamente el cuadro es bastante complejo. El PP, aunque en minoría, cuenta con recursos constitucionales para frenar o parar reformas y propuestas de leyes. Sobre el país y su estabilidad, pende como una espada de Damocles, la amenaza de vetos en el senado, y la disolución de las Cortes, si al PP “no se le deja gobernar”. Si no se actúa con inteligencia y responsabilidad, el PP se perpetuará en el poder.
En estos momentos, el PSOE continúa sumido en su crisis, sin acabar de rencontrarse. Históricamente, el  PSOE, ha nucleado mayoritariamente a la izquierda. Hoy se debate entre sus Barones y sus bases, porque hace rato que ha perdido su identidad, y no ha dejado de moverse en la ambigüedad. Su cúpula está empeñada en mantener el statu quo del bipartidismo, ve como un peligro la regeneración democrática dentro del partido y a nivel social, y es más afín al PP en cuestiones de democracia. Socialmente comparte espacios y reformas con Podemos pero bajo los dictados y condiciones de la plutocracia.
Los dos partidos emergentes: Podemos y Ciudadanos, se han imbuido en debates internos para redefinir su línea política y su ideario. Eso no es una casualidad, ni mera coincidencia. Es el resultado de no haber obtenido los votos y escaños esperados; y de que la carrera por el poder los llevó a disputarle al PSOE, su tradicional electorado- el de centro izquierda. Tres partidos disputándose un mismo perfil de electores, luchando por un mismo “segmento de mercado”, desangrándose, y dejando sólo al PP en su peso. No es de extrañar que ganara el PP, ante tanta confusión, división y ambigüedad. 
Ciudadanos, finalmente se quitó la careta, y dejó su ambigüedad intrínseca, declarándose neoliberal o liberal. Supongo que su idea sea escorar al PP hacia la derecha dura, y posicionarse como centro derecha, donde tendría más perspectivas al ser un partido joven, que podrá sacar pecho de que nunca ha tenido vínculo alguno con el franquismo y la corrupción; y que representará fundamentalmente a la clase media, y autónomos. Si se impone la tendencia liberal, la rivalidad por el electorado de  izquierda, se simplifica al PSOE y Podemos.
Ahora mismo está en marcha el proceso de PODEMOS hacia el II Congreso de Vista Alegre, y aparte de liderazgo, se debatirá la estrategia de Podemos. La cobertura mediática que ha estado y está recibiendo este proceso, es única. ¡Que viva el espectáculo!, dicen unos y ¡Que bisoñería!, dicen otros. La mayoría de la prensa, con intencionalidad o sin ello, lo ha reducido todo a una lucha entre Pablistas y Errejonistas, con un grupo bisagra, al que han denominado anticapitalistas. Y en parte tienen razón, porque esto se ha convertido en un enfrentamiento, primero medio disimulado, y ahora público y abierto, entre dos profesores universitarios, que han trascendido el marco de la “universidad” (de Podemos), y donde ninguno quiere ceder intelectualmente, fruto de la arrogancia y de la falta de experiencia política. Soslayando los personalismos, creo que lo que está en debate es sano y necesario, visto a la luz de un próximo congreso. Eso es democracia, aunque no coincidamos en la forma en que lo están haciendo. Veámoslo por parte.
·         Programa o estrategia
Desde que existe la izquierda, siempre han existido diferencias en cuanto a las vías para llegar al poder, en los métodos, en el alcance de las medidas, y en la formas de ejercer el gobierno. En las democracias occidentales, y más dentro de los países miembros de la UE, la capacidad de maniobra y de opciones de la izquierda es muy reducida, y sólo es posible dentro de las reglas y normas de la democracia occidental con todas sus virtudes y limitaciones actuales. Otra interpretación sería no entender la realidad nuestra. Sería aferrarse al pasado y a otras experiencias, en diferentes y distintas circunstancias. Dando por descartada la vía de la revolución socialista, y el modelo de socialismo real aplicado en los países de la Europa oriental; entonces las diferencias entre las izquierdas quedarían limitadas a tres cuestiones: el perfil de clase o base social, o sea a que clases y grupos sociales representará y defenderá en última instancia; segundo, al alcance, en el tiempo, de las medidas y leyes que se propongan,; y tercero, a los métodos de hacer política. Todo esto en su conjunto determinará la orientación estratégica de uno u otro partido de izquierda hacia el centro o más a la izquierda.
La lucha entre el PSOE y Podemos por abarcar toda la izquierda, por el mismo electorado, cerrará toda expectativa de colaboración y cooperación entre ambos. Al mismo tiempo, mantener esa rivalidad sólo ha creado falsos enemigos, y divide cada vez más a la izquierda. Este enfrentamiento y desgaste sólo ha hecho las cosas más difíciles, y ha propiciado otro gobierno del PP.  Si el PSOE y Unidos Podemos, continúan en la lucha por ser los únicos representantes de la izquierda, siempre saldrá ganando el PP. Por otro lado, en el enfrentamiento entre el PSOE y Podemos por el mismo espacio político, por la transversalidad de izquierda, este último saldría desgastado ante la experiencia, conocimientos palaciegos, los lobbies de poder financieros y mediáticos, y la fuerza de la tradición del PSOE. Terminaría relegado a un partido minoritario, sin identidad. Perdería sus bases originales
La otra opción es que cada uno redefina su espacio político, su electorado, llegándose a complementar y a asociar para intentar y/o lograr cambios. Sinceramente no creo que el PSOE acceda a limitar su espacio político; ni que Podemos se resigne a no hacer nada.
Podemos perdió la oportunidad de “tomar el cielo por asalto”, y se impone un momento de reflexión y reajustes para poder sobrevivir y crecer desde la oposición. Podemos puede tomar la iniciativa, y a partir de este congreso tratar de escorar, arrinconar al PSOE al centro izquierda, y convertirse en el verdadero partido obrero español de hoy. En definitiva, ya hace tiempo que en la práctica, el PSOE renuncio a representar a sus bases obreras. Podemos se podría posicionar en la izquierda comprometida con cambios de calado
·         Métodos y lenguaje
A diferencia del PSOE, Podemos si aspira y mantiene sus intenciones de hacer reformas políticas y sociales de calado, y no sólo para hoy, sino también para que no se pierdan con la llegada al poder de gobiernos de mayoría de derecha, y no se repitan los mismos errores. Pero eso no basta, si  Podemos no logra ser visualizado como un partido responsable, como un partido de gobierno
Hasta ahora, Podemos y sus confluencias no han logrado sobreponerse al “infantilismo de izquierda”. Siguen cometiendo errores de forma; al confundir el querer ser respetados y apoyados con la teoría del susto y del miedo;  confundir gestos con fidelidad a sus bases; se desgastan en lo secundario contra lo importante; y desnudan sus discrepancias en las redes sociales.
Sin perder su esencia, el contenido de sus programas, Podemos está más obligado que nadie, entre otras cosas por el acoso mediático, a cuidar su lenguaje en las instituciones, y diferenciarlo con el de los mítines; a no hacer gestos que lo deshumanicen ante la sociedad y lo cataloguen de irreverentes e irrespetuosos. Podemos está obligado a convencer a todos, de que si llega al poder hará cambios, pero representará a la sociedad en su conjunto; y mostrará su apego y respeto a esta constitución hasta que no sea modificada o cambiada.
Esto no implica que renuncie a las movilizaciones populares para presionar, visualizar y concientizar a la sociedad sobre problemas sociales acuciantes, que se quieren obviar o dilatar su solución. Eso es derecho de expresión y de movilización y forma parte de la democracia. El método de combinar la lucha en las instituciones con las movilizaciones populares, convocadas por ellos o no, sería una fortaleza si saben manejarlo.
·         Liderazgo
Las necesidades, las tendencias políticas, incluso empresariales, se abren paso a través de las personalidades, que aportan su impronta, acelerando, inmovilizando o incluso atrasando los procesos, cuando son personalidades negativas. El rol de Pablo Iglesias como fundador y líder de Podemos es incuestionable; y a pesar de algunas inmadureces puntuales que no ha logrado superar, creo que en estos momentos no hay ninguno mejor que él. Pero así y todo, el líder se debe al ideario o programa aprobado por las bases; incluso si las bases estuviesen equivocadas. No veo porque esa predisposición de Pablo a votar en un solo acto, liderazgo y programa. El líder tiene que ser capaz de convencer, de persuadir, de aunar. Si al final resulta, que su programa no es el aprobado, entonces está equivocado; o rectifica o ya ese no es el partido por el que apostó; y tendrá que tomar una decisión.
·         Democracia interna
Democracia es debate, es participación, es elecciones primarias por la vía directa y secreta; es unidad dentro de la diversidad, pero también, es orden, y jerarquización; sino la organización se volvería indirigible; sería la anarquía, sería el caos; y terminaría desintegrándose. Este es el momento del debate, pero una vez finalizado el congreso, los debates deben ser internos. Los problemas estratégicos, no pueden ni deben ser discutidos fuera del proceso que conduce a un congreso, aunque siempre habrá que dejar abierta la posibilidad de consulta a las bases para cuestiones muy puntuales, de difícil consenso. Los problemas de tácticas siempre serán discutibles, porque el entorno es cambiante, pero así y todo debe ser dentro del partido. Por mucha democracia que queramos tener, tiene que haber un orden, una dirección, un órgano consultivo y uno “legislativo” (el Congreso).
¿En qué si puede y se debe diferenciar un partido moderno, además de hacer primarias?, Ah!, en la representación proporcional de las minorías dentro de la ejecutiva o consejo ciudadano y en la comisión de garantías, en correspondencia con los votos recibidos. El asegurar voz y voto a las minorías, a todos los niveles, eso es respeto a la diversidad dentro de la unidad. Eso es un partido de nuevo tipo que se está vacunando contra el voluntarismo, el autoritarismo y el secuestro consciente o inconsciente del poder. Si no damos este paso, no habremos superado el centralismo democrático, sin duda un progreso en su momento, pero que ha actuado como rodillo sobre las minorías, ha acallado a los que disienten, y da participación cada 4 o 5 años
Si una vez terminado el Congreso, Podemos perdiera su virginidad política y se rencontrara; si la ingenuidad se hubiese transformado en madurez; si todos cedieran un poquito y dejaran la vanidad y el prurito intelectual en las aulas; y si la diversidad se integrara en la unidad, entonces bienvenido sea el barullo

domingo, 3 de julio de 2016

ESPAÑA: EL 26 DE JUNIO

Siempre quise un gobierno de izquierda y progreso, PSOE-Podemos, en ese orden, por considerar que esta sería la fórmula de izquierda de mayor apoyo, aceptación y la mas oportuna para España; porque al margen de la politiquería barata y del miedo, nadie honrado y en su sano juicio, pondría en duda el apego del PSOE al modelo europeo occidental. Se hubiese logrado un equilibrio entre experiencia e ímpetu, entre lo conservador y lo más fresco. Una coalición que trataría de cambiar la política de austeridad y de recortes sociales, por el de estímulo a la economía y el aseguramiento de los derechos básicos sociales; que trataría de reducir o al menos parar, el crecimiento del abismo social a favor de los más ricos y poderosos; y que trataría de regenerar la democracia.

Tal vez por todo esto, mi entusiasmo me llevó a sumarme a los pronósticos demoscópicos. Hoy, días después del 26 de junio, cabe una reflexión serena desde la izquierda, sin toques de arrebatos y de enfrentamientos internos buscando un culpable interno. Cosa que pretende y amplifica intencionalmente la prensa de derecha.

¿Se equivocaron las empresas demoscópicas? ¿No resulta sospechoso la coincidencia de todas las encuestas, con independencia de la fuente? Vamos a partir del supuesto de que estas encuestas y su lectura fueron manejadas con honradez y seriedad, al margen del color político. ¿Qué sucedió entonces? Para esta segunda vuelta se esperaba que fueran castigados los dos partidos que “intentaron” y fracasaron en formar gobierno; y así sucedió. Los electores de izquierda, vieron al PSOE como el verdadero responsable de que no hubiese ya un gobierno de izquierda; y muchos de centro derecha, se sintieron decepcionados de Ciudadanos y su líder, ante tanta ambigüedad y oportunismo, y regresaron o reorientaron su voto al PP.

En el caso del PP y de Unidos Podemos, no se cumplió el vaticinio. Hubo de ocurrir algo en la última semana, que hiciera posible que el PP obtuviera más votos y escaños, y que Unidos Podemos se quedara en el mismo número de escaños de la primera vuelta a pesar del anunciado “sorpasso”. Aquí influyeron muchos factores.

Primero, el PSOE se sumó abierta e incisivamente a la política del miedo a un Gobierno de Podemos. Todos convirtieron a Podemos en el enemigo común a batir, y lo arrinconaron en la izquierda comunista y radical ante la vista de los electores, que fue facilitada por la unión electoral de Podemos e Izquierda Unida. Toda la prensa y políticos de derecha le hicieron el juego al “sorpasso” de Unidos Podemos, porque sabían que eso dividiría y enfrentaría a la izquierda. Lo lograron. No creo que la unión Podemos –IU haya sido un error, pero si fue inoportuna

Segundo, el Brexit, aparentemente ajeno, produjo un efecto dominó sobre el miedo, multiplicándolo. Se creaba un antecedente de salida de la Unión Europea que asusta a todos; este, que alienta nuevamente a los partidarios para la salida de Escocia del Reino Unido; a su vez daría nuevas fuerzas al movimiento independentista catalán. Por otro lado, ya en el plano económico, peligra la débil recuperación económica de la UE y de España. Se prevé una mayor ralentización de la economía, y una mayor duración de la crisis, al margen de lo acertado o no de la política de austeridad.

Tercero, coincidencia o intencionalidad, los dos últimos programas televisivos electorales (con Susana Rizo y con Pablo Mota) le correspondieron al PP; donde Rajoy lució bastante bien, humano, simpático, bromista, seguro. Las últimas imágenes de campaña electoral, son casi decisivas para movilizar el voto de los indecisos

Todo esto en su conjunto, llevó a la movilización del voto de los indecisos, se reorientó parte del centro hacia el PP; hubo abstención y desmovilización de votantes del PSOE; y también de Podemos, que apostaban a la transversalidad.

Partiendo del supuesto de que no habrá tercera vuelta electoral, y al margen de los resultados, creo que en el contexto económico actual, la izquierda se desgastará menos, y podrá, si se une, ejercer una oposición activa y madura, que obligue al PP a negociar para poder gobernar y legislar  





                                                  

miércoles, 15 de junio de 2016

ESPAÑA: Fallido intento de nueva legislatura en España - 4ta Parte

CUARTA PARTE

Partido Podemos. A algunos no les gustará, y se entiende, porque empezaron con un lenguaje muy agresivo, de barricada (de donde salieron), y por momentos rozaron la línea de los anti sistemas. Generaban una mezcla de simpatía y perplejidad. Han ido creciendo y madurando como personas, como políticos y como partido; y por tanto ajustando posiciones y programa a la realidad, al pragmatismo, aunque algunas puedan ser más, o menos discutidas

Esta evolución, que algunos tildan de oportunismo o incoherencia; la procedencia de la izquierda comunista de sus principales líderes, y el vínculo de algunos de sus líderes con el Chavismo (¿qué militante de izquierda no simpatizó inicialmente con Chávez?), muy anterior a las elecciones europeas y la fundación del partido, supuestamente le ha facilitado “argumentos” a sus adversarios políticos

Podemos se convirtió, en nada más surgir, en el blanco a batir por todos. Fue obligado a presentar su programa electoral desde casi antes de ser partido; y se ha visto cuestionado y atacado constantemente, y obligado a anunciar continuamente su “castidad”. Desde luego, faltaba mucha experiencia, y  hubo de todo; desde planteamientos idílicos, quiméricos, hasta realistas, pero en todos había un denominador común: la sensibilidad, el deseo y la buena intención de parar la depauperación social de gran parte de la población y mejoramiento de la sociedad en su conjunto. 

Era de suponer, que en una democracia bipartidista, un partido emergente tendría que disputarle un espacio, electores y votos a los partidos tradicionales. En precampaña y campaña electoral, el enfrentamiento con el PSOE era inevitable, y así fue. Como lo ha sido y es entre el PP y e Ciudadanos. Podemos tenía que diferenciarse del PSOE y viceversa; y ahí estaba su programa. El peso de la izquierda se dividió en dos partidos, y se convirtieron de facto en “enemigos tácticos”, con miras a las elecciones. Ambos se disputaban el mismo electorado, aunque al PSOE también Ciudadanos le disputaba parte del centro.

Si en un primer momento Podemos se distancio de Izquierda Unida, fue porque mal interpretó el mosaico político, y pensó que podía ganar en solitario las elecciones. Hoy, ha comprendido su error, y ha ido por la alianza Unidos Podemos, para reagrupar la izquierda, y multiplicar votos y escaños en el congreso y senado. La fragmentación de la izquierda sólo favorece a la derecha. Creo en la honestidad y sinceridad de la dirección de Podemos. Si el camino recorrido le ha sido más difícil, ha sido en parte por su exceso de honestidad y no prestar mucha atención a la forma de plantear algunas cosas. Han sido honestos, de verbo claro y ardiente, valientes; pero en política la inmadurez y los errores se pagan caro.

La dirección general de Podemos, se las puso fácil a los Barones del PSOE, y a la derecha. Siguió en campaña electoral, igual que todos, y equivocaron su verdadero adversario político, atacando abiertamente al PSOE. Pablo Iglesias, tuvo intervenciones desacertadas, al menos para ese momento, al cuestionar la autoridad de Pedro Sánchez, poniendo en ridículo a su secretario general, y atacó en el Congreso al líder histórico del PSOE. Ambas cosas innecesarias, que más que dar, quitan.

Tal vez propio de un partido joven, que sube tan rápidamente, se comportó con arrogancia, impaciencia y exceso de protagonismo, llegando a cometer errores de forma, como el adelanto público de las propuestas al Rey, sin haberlas presentado y mucho menos discutido con sus posibles aliados; y el haber hablado a destiempo, de posible conformación de un gabinete de gobierno, cuando lo a discutir en ese momento era lo referente a programas, propuestas de leyes, etc. Esto lo explotaron muy bien el resto de los partidos, y “justificó” aún más la animadversión y reticencia de los Barones del PSOE

El problema catalán, su concepción demócrata de resolverlo, y sus compromisos electorales, también fueron una justificación del PSOE y Ciudadanos para vetar cualquier posibilidad de acuerdo de gobierno con Podemos, a pesar de que este  tema dejó había dejado de ser una línea roja por Podemos hasta el día de hoy. Con el escenario de entonces, con mayoría de derechas en el senado, y en el congreso, un referendo vinculante no hubiese sido posible. Sin embargo, un gobierno de izquierdas hubiese facilitado un entendimiento a mediano y largo plazo, porque el nacionalismo catalán y la izquierda están tan entrecruzados, que a veces se pierden sus límites

Hoy, Podemos ha dejado de atacar al PSOE, no se ha dejado provocar, y se concentra en su principal adversario, el PP. Hoy Podemos ha cambiado su lenguaje, es menos agresivo y más conciliador, mucho más proclive a la negociación, como dios y la práctica manda. Incluso, consciente del error cometido al subestimar el papel actual del Senado para poder modificar la constitución y aprobar determinadas leyes, Podemos ha propuesto al PSOE, listas conjuntas para el Senado, para poder desbancar al PP, quien obtuvo amplia mayoría en la primera vuelta. Por increíble que le parezca a algunos, el PSOE se negó, como los muchachos que responden ofensa con ofensa, o simplemente, quieren que todo siga igual, porque otra interpretación no cabe.

Desde que se inició la campaña electoral para esta segunda vuelta del 26J, Podemos es el único partido que ha corregido el tiro. Ha mostrado sabiduría y responsabilidad, tratando de no repetir los errores cometidos en la anterior campaña y en los 4 meses de intento de constituir gobierno