Mostrando entradas con la etiqueta Felipe González; PSOE; Zapatero. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Felipe González; PSOE; Zapatero. Mostrar todas las entradas

domingo, 24 de enero de 2016

ESPAÑA: LAS ELECCIONES GENERALES DEL 20 DE DICIEMBRE EN ESPAÑA, Y LOS POSIBLES PACTOS

Ya ha transcurrido un mes desde las elecciones generales del 20D, y aún no se ha formado gobierno aunque todavía hay tiempo

El 20 de diciembre, los españoles con su voto se pronunciaron de diferentes formas. El PP y sus acólitos diarios de derecha se aferran a manera de justificación, y con una marcada y burda intención manipulativa, en decir que ganaron las elecciones. Una simple suma aritmética deja bien claro que ganó la opción de un gobierno alternativo al PP. Si los electores hubiesen querido mantener el estado de cosas actual, hubiesen votado PP; y no fue así. Votaron a una alternativa, sea del color que fuese, porque lo que quieren es cambio. Votaron incluso por su marca blanca “Ciudadanos”, porque recoge en su programa medidas de regeneración democrática, de lucha contra la corrupción, de estimulación a los autónomos, etc. Otra interpretación carece de objetividad política, y seria ignorar lo obvio a base de tanta propaganda, o lo peor, despreciar a priori de la voluntad ciudadana,

Con la actual fragmentación de escaños, indiscutiblemente que es más difícil conformar gobierno y probablemente gobernar. Habrá que acostumbrarse, porque es el reflejo de una sociedad en cambio. Al  mismo tiempo, hay muchos intereses comunes dentro de los partidos alternativos al PP, amén de las diferencias. Para la reacción, esta pluralidad alternativa es sinónimo de inestabilidad, ingobernabilidad,  retroceso y de caos. Fiel a su política del miedo como última arma para aferrarse al poder. Desde hace unos años para acá, estos gobiernos de coaliciones se han vueltos frecuentes y de lo más común en Europa. No veo nada anormal dentro de una democracia parlamentaria, aunque así le parezca a muchos después de un bipartidismo de alterne, que en el mejor de los casos se anquilosó, no evolucionó, se corrompió, y en época de crisis empezó a retroceder en las conquistas sociales. Dicho esto, analicemos los posibles escenarios.

1er escenario: Un gobierno del PP, con el voto o la abstención de Ciudadanos y el PSOE. Lo creo muy improbable a pesar de la insistencia de la derecha y de las empresas del IBEX 35, y de las acusaciones de Podemos, empujando al PSOE  hacia el PP.

Ciudadanos, ya antes del escrutinio e inmediatamente después de las elecciones, se descartó a favor del PP, y del cambio cosmético. Declaró estar dispuesto a abstenerse para que el PP gobierne en alianza con el PSOE, en aras de la “estabilidad”. Se confirman las expectativas. Trata de aparecer ante los electores, como el partido maduro, conciliador y moderador para la creación de un gran pacto de estabilidad, cuando en verdad están apoyando al PP, a su hermano mayor. Ciudadanos, fundado hace 8 años, sale de Cataluña y es lanzado a nivel nacional, curiosamente coincidiendo con el auge de Podemos. Este partido y su líder son un producto de Marketing, que las empresas del IBEX 35, y el departamento del Tesoro norteamericano a través de Garicano, han relanzado como contención a Podemos y como alternativa al PP, si este entraba en caída libre. Finalmente el PP no alcanzó la mayoría absoluta, ni en solitario ni en una posible alianza con Ciudadanos, y no podrá formar gobierno aunque Ciudadanos le de su voto. Ahora, Ciudadanos decide jugar otra carta, ha anunciado que votará en contra de cualquier alianza con Podemos, so pretexto de que estos últimos proponen la ruptura de España. De negociador entre el PP y el PSOE, ha pasado desde el primer momento, a torpedear cualquier posible alianza o pacto entre PSOE y Podemos

Para el PSOE, pactar con PP, o incluso abstenerse, sería un suicidio político. Sería reconocer tácitamente que no está dispuesto a rectificar, y a cambiar el estado actual de cosas. Perdería definitivamente el electorado de izquierda, y se tendría que conformar con disputarse la clase media no indignada con Ciudadanos. De sobrevivir a ese holocausto, quedaría muy debilitado o se diluiría con Ciudadanos y el PP. Por tanto, el PSOE no apoyaría un gobierno del PP

2do escenario. Un Gobierno del PSOE en alianza con Podemos, y los otros partidos minoritarios. El PSOE tiene dos opciones; o se arriesga a unas nuevas elecciones, o trata de formar gobierno. Esta opción no deja de ser difícil pero no imposible, si todos los partidos de izquierda y los minoritarios fijan objetivos y demandas generales y comunes; sin renunciar a discutir y buscar alternativas a corto, mediano y largo plazo para sus demandas concretas

El PSOE y Podemos tienen mucho en común, aunque con matices: no sólo en el diagnóstico, pretenden también derogar la ley laboral del PP, la LONCE, la ley Mordaza; parar los desahucios sin alternativa a techo; la creación de empleo; reformar la política fiscal; subir el salario mínimo por una vía u otra; blindar el estado de bienestar en la constitución, en derechos y presupuesto; la lucha contra la corrupción; la regeneración democrática, etc. Ya Podemos flexibilizó la línea roja del referendo Catalán. Otra cosa es, si la mayoría del PP en el Senado, y sus votos nada despreciables en el Congreso lo permiten (algo ya anunciado de forma clara, prepotente e irreverente con el electorado, por el PP); y máxime si el PSOE no logra incorporar a Ciudadanos al Gobierno o al menos lograr su abstención.

Hoy el PSOE es la segunda fuerza política, y según las últimas encuestas han ido perdiendo simpatizantes desde las elecciones, y de irse a una segunda vuelta saldría muy debilitado, máxime si no deja claro que hizo todo lo posible por formar gobierno. Tratar de formar gobierno no sólo es una responsabilidad histórica en nombre de la izquierda, sino también, y sobre todo, su tabla de salvación; y ya no sólo como partido, sino también como Pedro Sánchez. Si no forma gobierno, con seguridad será sustituido o al menos lo intentaran en el próximo congreso.

Es incuestionable el papel de la mesa del congreso en la tramitación de proyectos de leyes, en la creación o no de comisiones de investigación, etc.; y es discutible la primacía del PP en la jerarquización de sus miembros. Si en vez de estarse acusando mutuamente el PSOE y Podemos, se hubiesen sentado a negociar la composición jerárquica de la mesa, tal vez el resultado hubiese sido otro. En este caso, el rol más destacado lo jugó Ciudadanos, como mediador.

Comprendo a Pablo Iglesias cuando se aferra a su compromiso electoral con las bases de Cataluña, Valencia y Marea, en cuanto a que iban a constituir grupos parlamentarios propios. Esto le rompe la unidad aunque fuera en lo formal. Tal vez Podemos desconocía el reglamento, o lo subestimó, o pensó que lograría mayor representación en las elecciones generales. En cualquier caso, no veo por qué políticamente no podía ser. Primero, porque ya el PSOE dio un primer paso cediendo senadores a ERC y a Libertad y Democracia, para que tuvieran representación. Ah! ¿Que el Senado es la cámara de las nacionalidades? Por favor, eso no se lo cree nadie hasta que no se haga una reforma constitucional y se incluya en ella su razón de ser. Tal vez el PSOE negoció con ellos el voto a su favor en una posible investidura. Vale, porque otra cosa de ellos no va a lograr. Pero por qué no aplicó el mismo rasero en el Congreso, para la constitución de estos tres grupos parlamentarios independientes. Eso también era un guiño a Podemos, y a estas fuerzas en aras de recabar su apoyo y facilitar el entendimiento; y un mensaje nada despreciable a los nacionalistas, no necesariamente independentistas. Maduren joder, dejen los caprichos y vanidades a un lado, y la ley del embudo. Estamos hablando de negociación no de imposición de criterios

Toda negociación es difícil, pero empezar acusándose unos a otros y poniendo líneas rojas, va en contra de toda lógica y sentido común. Todo el mundo tiene que ceder algo, sin renunciar a sus principios básicos, programáticos. Ya en esta etapa hay que distinguir entre deseos, compromisos y realidad, máxime cuando la decisión final depende de varios y no de uno sólo. Si se explica bien, y hay transparencia, el electorado lo entenderá. No se puede negociar desde posiciones de fuerza, y mucho menos desde posiciones de “chantaje” político, empujando al PSOE al Ciudadanos.

No me cuestiono la propuesta de gobierno, vicepresidencia y ministros anunciada por Pablo Iglesias. Es legítima y razonable, porque es la tercera fuerza más votada, a escasa diferencia del PSOE, y se compromete a legislar y gobernar, con el riesgo político que eso presupone, a diferencia de Ciudadanos que no le gusta mojarse. Propuso el mismo rasero de proporcionalidad que se aplicó para la conformación de la Mesa del Congreso; otra cosa son las carteras. Respetando el incuestionable historial del PSOE, no veo nada humillante en ello, aunque el método y  la forma son discutible.

El cuestionamiento del poder real y liderazgo de Pedro Sánchez, le resta fuerza y capacidad de negociación, y le hace el juego a los varones conservadores del PSOE. Aunque unas segundas elecciones están dentro de las probabilidades, cosa que no creo, es un error continuar con esa táctica de campaña electoral, de machacar a Pedro Sánchez.

Entiendo el desespero de Podemos después de un mes de tibieza y excesiva parsimonia de todos los líderes de partidos; pero la prisa es mala consejera máxime cuando nos volvemos soberbios e ignoramos la sensibilidad de los demás, y lo que es peor aún, que el PSOE tiene mucha presión interna y externa, y puede dar un bandazo. Después de la primera votación de investidura quedan dos meses para todo tipo de pactos y negociaciones. Mientras más nos acerquemos a la fecha para convocar otras elecciones, más desesperados e inverosímiles serán los pactos. Para hacer las cosas bien y respetar lo expresado por los ciudadanos en las urnas, hay que negociar sin prisas; y no empujar al PSOE a manos de Ciudadanos

3er y último escenario posible. Un Gobierno del PSOE en alianza con Ciudadanos, y con la abstención del PP. De esto se ha hablado poco pero no lo descarto totalmente, si se imponen los varones conservadores del PSOE, y si Pablo Iglesias sigue alimentándolos con su arrogancia. Esta alternativa de gobierno, (seguramente del agrado de su cúpula conservadora) con Ciudadanos, es una una alternativa de gobierno que en última instancia el PP vería con buenos ojos, y se abstendría con tal de excluir a Podemos del gobierno

La sociedad se abre paso a través de las crisis. Se reacomoda, rectifica, corrige desviaciones de todo tipo. Esto se produce como tendencia, y se manifiesta en forma de espiral. Si no se aprovecha el momento puede dilatarse el ascenso, y el “crecimiento social”. Este es el momento de la izquierda. Durante las crisis se polariza la sociedad y la izquierda crece, pero si se pierde esa oportunidad, las aguas vuelven a su lugar, y entonces todo será más difícil, y dilatado en el tiempo.

lunes, 11 de enero de 2016

ESPAÑA: NO ME DECEPCIONÉIS OTRA VEZ, POR FAVOR

La lectura de la Carta abierta a Pedro Sánchez, de Gonzalo Iglesias en La Región (http://www.laregion.es/opinion/gonzalo-iglesias-sueiro/carta-abierta-pedro-sanchez/20160108212225592089.html) me ha estimulado para expresar públicamente mis criterios sobre el PSOE. No pertenezco a ningún partido, lo que me da la posibilidad de decir cosas que el profesor, a quien admiro, tal vez no podría decir aunque quisiera, por su afiliación al PSOE.

Se especula mucho sobre los resultados electorales del 20 D, y sus causas. Ya en http://racionalismopolitico.blogspot.com.es/2015/03/12.html, había alertado del peligro de extinción del PSOE sino rectificaba su política a tiempo. Hoy, lo más fácil y cruel es cargarle toda la responsabilidad al secretario general, de cuestionable liderazgo o no, cuando el declive electoral del PSOE es muy anterior a su mandato. Analicemos las causas.

Primero; el inicio del segundo periodo de gobierno de Zapatero coincidió prácticamente con el inicio del ciclo recesivo de la economía mundial, esta vez producto de la espiral descontrolada del capital financiero especulativo. Esta crisis, que empezó en EEUU, se extendió rápidamente  a toda Europa y se cebó en España, porque el 30% del PIB español correspondía a la industria del ladrillo y al sector inmobiliario; y porque las Cajas de Ahorro (dirigidas por  políticos) habían renunciado a su razón de ser, para asumir funciones de Bancos, engordando con el capital de riesgo. Malas prácticas y decisiones, que venían desde  Aznar, y que Zapatero continúo. Este último no creo la crisis, pero a él y su gobierno le faltó visión, y aplicaron una política continuista. Tardó mucho en reaccionar y gestionó mal la crisis, y para llenar la copa, tomó medidas anti populares promovidas y compulsadas por Alemania, que iban contra la razón de ser de un partido socialdemócrata: el estado de bienestar. Cuando se percata de la debacle, adelanta las elecciones, pero el daño ya estaba hecho. Ahora cabria preguntarse, ¿Cómo el electorado podría confiar en el programa electoral del PSOE y las buenas intenciones de Pedro Sánchez?  si aún, y digo aún, nadie de la directiva del PSOE, ni de los Varones desde sus “feudos”, han pedido perdón por los errores cometidos, tal vez mostrando un falso concepto de fidelidad a Zapatero y al legado del PSOE, pero que en realidad se podría interpretar como soberbia y menosprecio a su electorado

 Segundo; la legislatura actual del PP, con su política de austeridad para los pobres y la clase media, y su falta de sensibilidad humana acentuó las brechas sociales, y con ello la indignación popular. El PSOE no reaccionó, y ni siquiera intentó acercarse y canalizar las inquietudes y denuncias de los más afectados por la crisis y las medidas de austeridad. Se limitó a criticar los ajustes y decisiones del PP. En su defecto, surge Podemos, que escucha, apoya y canaliza a los indignados mediante un programa de medidas cumplibles o no; y sale “curiosamente” de la sombra, el partido Ciudadanos, después de 8 años de fundado

Hasta hace muy poco el programa electoral del PSOE se limitaba a plantear que derogaría todas las leyes, reformas y ajustes adoptados por el PP en solitario, y a un Federalismo que aún no explicado bien en qué consiste. Si bien esta declaración de intenciones es necesaria e importante, no es decisoria para revertir la situación. Cualquier solución a los problemas de España pasa necesariamente por cambios estructurales de la economía para garantizar creación de empleo estable y sostenido (que no han sabido argumentar), y por la regeneración democrática para ajustar la maquinaria política y para evitar repetición de errores y la impunidad. Lo demás es seguir en sus trece. El PSOE perdió la iniciativa, y se ha limitado a tomar las propuestas de Podemos, con un enfoque más “digerible”. No hay nada que enajene más, y limite la inteligencia, que los largos años en el poder. Me da la impresión que no han entendido para nada lo que está pasando en España hoy. La falta de auto crítica del PSOE, y su pasividad, unido a la falta desde un inicio de un programa que recoja, y proponga soluciones reales y nuevas a los problemas actuales lo ha apartado del liderazgo político que exigen las condiciones actuales

Tercero, desde el mismo inicio del proceso de elección de Pedro Sánchez a la secretaría general del PSOE, la división interna y la lucha egoísta por el poder han aflorado con fuerza; incluso en estos momentos cuando se necesita autoridad y capacidad de negociación. Desde Felipe González con “sus criteriazos” políticos propios de añoranza protagónica o del abandono de sus ideales iniciales, hasta Susana Diaz con sus ambiciones, se han encargado de “serrucharle el piso” a Pedro, sin percatarse de que se lo están serruchando también al propio PSOE. Ahora, el argumento que esgrimen es el mal resultado del PSOE en las elecciones generales, y el no hacer concesión a la integridad territorial de España !Que espectáculo más deprimente! Eso tienen las crisis; no sólo generan cambios y reajustes, sino que también hacen aflorar de golpe las contradicciones internas de un partido de centro, en este caso del PSOE, con dos tendencias ideológicas que han servido de acomodo a algunos de sus dirigentes históricos, según las circunstancias. Por un lado, los conservadores, y los oportunistas, asociados o no a algunos de los líderes históricos del PSOE, que no quieren cambio y prefieren en última instancia pactar con el PP; y por otro lado, los que quieren reconducir el partido a la izquierda, reflotarlo, adecuándolo al estado actual de cosas, sin renunciar a su base social: la clase media. El primer grupo, vinculado y comprometido con el capital y la plutocracia; y el segundo, con una base social muy diversa donde predominan funcionarios, trabajadores, autónomos, pequeños empresarios y obreos En este difícil contexto, el factor interno ha promovido más incertidumbre y dudas al electorado, sobre la capacidad de negociación y autoridad de Pedro Sánchez, y por tanto del PSOE, para poder formar un gobierno que responda a los resultados de las Urnas: “Queremos una alternativa de gobierno al PP”

Como se podrá deducir, el culpable de que el PSOE no ganara las elecciones o de que no saliera mejor parado en este mosaico político de 4 colores, y tan diferente al existente en anteriores elecciones, no es Pedro Sánchez, que aunque tiene buenas intenciones, ni le apoyan, ni lo dejan dirigir. Si existe un Podemos, y salió de la sombra con fuerza Ciudadanos, es porque el PSOE no supo interpretar el momento, y romper con la vieja política, para canalizar los intereses de izquierda y centro. Por favor, no vuelvan a reincidir en el mismo error; y a caer en la tentación de buscar falsos culpables. Las justificaciones son el recurso de los necios y prostituyen los principios y las grandes obras

Todas las encuestas reflejan que en unas nuevas elecciones, el PP y Podemos saldrían beneficiados. Si el PSOE no logra formar un gobierno de coalición de izquierdas, saldría el peor parado, pues el electorado de izquierdas se sentiría traicionado y lo castigaría en las urnas. De la misma forma le ocurriría a Ciudadanos que quemó naves antes de tiempo, al decir que se abstendría para que gobernara el PP, cumpliendose con las expectativas de ser marca blanca del PP. Pero el PSOE está a tiempo de rectificar, y conformar una coalición de izquierdas. Analicemos el último argumento de los conservadores del PSOE para no pactar: “No aceptaremos el condicionamiento de Podemos, del Referendo en Cataluña”.

Veamos. El nacionalismo catalán hace años que existe, pero evidentemente el PP ha sido un catalizador y generador de independentismo, con su miopía política, prepotencia parlamentaria y atrincheramiento jurídico, llevándolo a niveles nunca vistos. El independentismo catalán expresado en urnas, es de un 48% de la población con derecho al voto; y según las encuestas, el % que quiere o ve con buenos ojos el derecho a la autodeterminación en un referendo, es aún mayor. Esto no se puede negar ni obviar. Se ha llegado tan lejos, que hoy es muy difícil reconducir esa situación

¿Qué se pudiera hacer? 

Primera opción, la gubernamental: contención jurídica, restricción de libertades, supresión de la autonomía y represión, porque es de suponer que habrá reacción. Esto sería la pérdida irremediable de Cataluña, pues ya no habría marcha atrás. Mejor es no pensar en ello, y no abundar más. Desgraciadamente hay mucha gente buena que el sentimiento nacional le ha nublado la vista dentro y fuera de Cataluña, y lo han apostado todo a esta opción. Quisiera pensar en que finalmente prime la cordura por ambas partes. 
Segunda opción, la Negociación. Para ello primero hay que reconocer la realidad y no ignorarla; segundo ganar tiempo, para tratar de minimizar las circunstancias agravantes que avivan el fuego y polarizan la sociedad catalana, y para que se enfríe un poco la carga emocional independentista; y tercero, acceder al referendo bajo determinadas condiciones negociadas, en preguntas, % necesario de votos para la autodeterminación, y tiempo para creación del marco jurídico

La indignación en España es a nivel de todo el estado, y el crecimiento del independentismo catalán también tiene un fuerte componente social condicionado por la crisis, amen de la manipulación ex profeso de la Generalitat. Su composición por partidos es dominantemente de izquierdas, Un gobierno de izquierdas en la Moncloa, facilitaría la negociación, y contribuiría a mejorar el clima social y a reabrir nuevas esperanzas y alternativas en Cataluña. Por otro lado, y de acuerdo a la constitución vigente, hoy aprobar un referendo en Cataluña requiere en cualquier caso de su aprobación en el Parlamento y en el Senado, y sería no vinculante. Para ser vinculante habría que modificar la constitución. Se necesita tiempo, y consenso; y hay que intentarlo y lograrlo aunque haya que persuadir a todas las partes, dentro de Cataluña y en Madrid. Es la única alternativa cuerda y sensata para frenar la escalada independentista, y la arrogancia de los que se atribuyen el derecho exclusivo a pensar y determinar por el pueblo catalán. Nada más parecido al totalitarismo. Y si al final, ganara el independentismo dentro de un marco legal y democrático, no hay otra opción en un mundo democrático y civilizado, que aceptarlo

Acaban de triunfar los independentistas en el Parlamento catalán, con la elección de un Presidente independentista convencido, con antecedentes de llamar a la desobediencia civil e invasores a los españoles; y que anunció ya la continuidad del proceso de desconexión de España.

Para mi decepción, muchos, oportunistamente, y otros, asustados, ven necesaria y deseable, una gran coalición PP-PSOE, ahora más que nunca. Yo no lo veo así, por el contrario. Ahora más que nunca veo la necesidad de un gobierno de izquierdas, incluso con el partido Ciudadanos si es posible, que movilice las fuerzas democráticas de Cataluña para exigirle al Gobierno Catalán que no hable en nombre de todo el pueblo catalán; que pase a la negociación y el respeto a las normas democráticas mundialmente aceptadas para estos casos, ó que convoque unas nuevas elecciones, porque eso no es lo que dijeron las urnas  

Siempre he dicho, que largos años en el poder nublan la visión, afectan el sano juicio, y en muchos, muchísimos casos, corrompen el alma. Ojala y los Varones del PSOE recapaciten, y dejen a un lado sus ambiciones personales, su vanidad, rompan sus silencios cómplices y despierten de su acomodamiento material y espiritual, poniendo nuevamente al PSOE al frente de los cambios para España, como cuando la transición. Tiempos difíciles requieren de mente fría y racionalidad por encima de los sentimientos. No me decepcionéis otra vez, por favor

lunes, 2 de marzo de 2015

ESPAÑA PSOE. Ahora o nunca


En 1978, el pueblo español y la mayoría de sus líderes políticos querían dejar atrás una cruenta y trágica página de su historia. Están dispuestos a perdonar y transigir con tal de revertir la situación existente y asegurar un futuro estable y próspero. Temen un nuevo enfrentamiento, el regreso al pasado o al ajuste de cuentas a pesar de la postura pública y concesiones de los padres de la transición. No iban a apostar ni por los comunistas, y mucho menos por los franquistas. En ese contexto, un PSOE, un partido que renuncia al marxismo como ideología, con un programa centrista, dispuesto a ampliar y consolidar la democracia, y a respetar las bases del capitalismo, era el partido ideal, y le funcionó bien a Felipe González su estrategia. Con los gobiernos socialistas, hasta la etapa final de Zapatero, España creó las bases, y desarrolló lo que hoy conocemos como la sociedad del bienestar, haciendo abstracción de las consecuencias de la llamada reindustrialización. El PSOE se convirtió en la fuerza política más votada y con mayor tiempo en el poder desde el 1978 al 2011, con la excepción de los dos periodos de gobierno de Aznar.

Entonces cabría  preguntarse, ¿qué ha cambiado?¿cuál es la causa de que el PSOE haya pasado del protagonismo político, a ser la tercera fuerza política, y la tercera con intención de votos?, según las últimas encuestas ¿Será que los electores tienen mala memoria?

Empecemos por la “mala memoria”. La historia demuestra que los logros ciudadanos consolidados, las masas lo dan por hecho, por derecho propio, y no miran a quien se debieron cuando ven en peligro la existencia de estos. La historia más reciente de la Europa en crisis mostró cómo los electores castigaron en las urnas (con la excepción de la Merkel en Alemania) al partido de gobierno, independientemente de que fuera de derechas o de izquierdas

A Zapatero no se le puede imputar una crisis de carácter mundial, pero si su falta de previsión y mala gestión de la crisis, que en el caso de España es más cruda por los serios problemas estructurales de su economía (en aquel entonces el 33% del PIB le correspondía a la industria del ladrillo e inmobiliaria). El desempleo se disparó de 1.76 millones de personas (un 7,95 % de la población activa) a 5.273.600, y la tasa de paro se acercó al 23%. En paralelo, Zapatero tomó medidas económicas alejadas del programa electoral, como la congelación de pensiones, reducción del salario de los empleados públicos, retirada del cheque-bebé, de la deducción de 400 euros en el IRPF, además de aprobar una reforma laboral que significó un gran retroceso social que profundizaría el PP; y finalmente aprueba con el apoyo del PP la reforma constitucional para establecer un techo de déficit, y con ello clavar la política de austeridad para la clase media y los más humildes.

Cuando Zapatero se vio presionado por la Troika, a tomar medidas anti populares y contrarias a su programa y trayectoria, debió renunciar. En un último intento para no seguir enterrando al PSOE, adelanta finalmente las elecciones

Todo esto aún está fresco en las mentes de los ciudadanos, y el PP se ha encargado de recordarlo todos los días y en cada intervención, “estas medidas de austeridad son consecuencia del estado de cosas que heredamos”

Aún así, la situación política se podría haber revertido. Su adversario político histórico y en el poder desde hace más de 3 años, ha aplicado un paquete de medidas de austeridad a favor de los poderosos, que han convertido a España en el país europeo donde más ha crecido la desigualdad social y los niveles de pobreza y de exclusión social. El PP ha aprobado una reforma laboral que ha aumentado la precariedad del empleo a niveles nunca vistos; se ha mostrado insensible ante los desahucios, los despidos amañados, la estafa de las preferentes, y a cubrir tratamientos a tiempo a enfermos mortales (hepatitis C); y ha limitado las libertades ciudadanas. La máxima dirección del PP ha estado vinculada directamente a grandes  escándalos de corrupción y financiamiento ilegal. Así y todo, el PSOE no ha podido recuperar su protagonismo en la izquierda, y sigue por debajo del PP en estimación e intención directa de voto  

El PSOE se ha distanciado cada vez más de su electorado, desgastandose en guerras internas de liderazgo, y en ataques frontales a los otros partidos de izquierda, ya sea inducidos por el PP ó por su falta de visión política, en vez de ir a las verdaderas causas. Desde la sistematización de la política, “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”. La culpa no es de Podemos, de Izquierda Unida, o de Ciudadanos. Mientras más ataquen a los partidos de izquierda, donde se han refugiado hoy parte de los decepcionados del PSOE y del PP, más se distancian de la izquierda y estarán más lejos de recuperar a esos electores insatisfechos

Para salvar la situación y el futuro político, el PSOE tiene que percibir primero el riesgo real de desaparecer tal como le ocurre al PASOK, e inmediatamente ir a las causas para poder evitarlo. Para ello hace falta mucha valentía, sentido común y sentido de izquierda, que yo llamo sensibilidad y responsabilidad con los desprotegidos y marginados por la crisis, amén de que sea representante o no de la clase media trabajadora. Me niego a pensar que el PSOE no solo haya renunciado al marxismo como ideología, sino también a su histórica base social acomodándose en el centro, a la política como un fin, y al comprometimiento con el gran capital, como ya lo hizo Felipe González en lo personal, que parece no haberse percatado que desde ya mucho tiempo dejó de ser un referente de izquierda cuando traspasó la “puerta giratoria”

El PSOE y el PP se consideran herederos vitalicios de la transición, y defienden a ultranza el carácter acabado y definitivo de la constitución de 1978, como si la vida no fluyera y estuviera en constante cambio y evolución. La constitución es por tanto, susceptible de cambio y perfeccionamiento sin perder su esencia. Claro, que cuando los dos partidos lo han entendido conveniente, le han hecho enmiendas o reformas “urgentes” a la constitución. De esto se percata también el electorado

Quiero creer y creo que hay fuerzas sanas y con espíritu renovador en el PSOE, dispuestas a salvarlo. ¿Qué podría y debe hacer el PSOE entonces?
Primero. Pedir perdón a los ciudadanos y a sus electores por los errores cometidos durante su último gobierno, y durante la legislatura en curso de Rajoy: su mala gestión de la crisis, su política ambivalente de equilibrista político que tira para la izquierda o para la derecha según convenga, por su traición a la clase media con la aprobación de la ley de techo de déficit, su desprecio inicial a los indignados, su indiferencia ante las “puertas giratorias”, por los escándalos de corrupción desde el último gobierno de Felipe González; y por su auto complacencia y renuencia a perfeccionar la constitución.
Segundo. Debe presentarse ante los electores, como la alternativa real, para salir de la crisis más rápidamente y a un menor costo social. Esto no se logra con consignas. Sólo se puede lograr con un programa electoral o de gobierno concreto y viable, encaminado no sólo a revertir el desmejorado sistema de bienestar social, sino también a perfeccionar el funcionamiento de la sociedad en su conjunto, y evitar que se repitan los mismos errores. Tiene que ser un programa en que el electorado vea voluntad de cambio, compromiso, objetividad y viabilidad  
Tercero. Reconocer que está muy lejos de poder desbancar al PP en solitario, el verdadero enemigo, y que solo eso será posible si se alinea hacia el centro-izquierda, y pacta con el resto de las fuerzas de izquierdas un programa mínimo para todos, donde se dejen a un lado los intereses ideológicos, fundacionales y ególatras de los diferentes partidos y sus dirigentes, para asegurar la victoria electoral y gobernabilidad de la izquierda post- elecciones. La política centrista y en solitario de Felipe González, sería un suicidio político en momentos de crisis y polarización social. Cada vez más, a los ojos de las grandes masas el PSOE se diluye con el PP

Para un partido nuevo, desconocido hasta hace poco, es más fácil entusiasmar, y erigirse en representante y alternativa para los electores defraudados, desilusionados, para los desempleados, de empleo precario, para los marginados y olvidados. Pero el PSOE si tendrá que emplearse a fondo y convencer. Con medidas populistas o no, Podemos les ha dado esperanzas a muchos. Ciudadanos, pasó de las consignas a propuestas concretas, y las últimas encuestas reflejan su ascenso; y alerta, eh!, que este es también un partido de centro, y compiten por el mismo “segmento de mercado”

Las crisis son oportunidades para desarrollarnos, romper esquemas y recomenzar, sin renunciar a todo lo bueno y con fundamento que se ha creado. Sería una irresponsabilidad política e histórica del PSOE, no percatarse del momento histórico que está viviendo España, y no actuar en consecuencia. España está viviendo una oportunidad única en su historia de democracia. Más allá del interés por desplazar a la derecha del poder, está y por encima de todo, la necesidad de proponer y adoptar medidas urgentes que alivien el peso de la crisis sobre los más afectados; medidas que permitan perfeccionar los pilares y garantías de la democracia a todos los niveles como antídoto a la corrupción, al no cumplimiento de los programas electorales, al dedazo o al decretazo, a las imposiciones; y medidas para enrumbar la economía hacia un cambio estructural que la haga menos vulnerable a las crisis, y le de más solidez a la sociedad de Bienestar social.

En las encuestas realizadas sobre el último debate de la nación, ganó la abstención y la incertidumbre. Ya a nivel de la confrontación de los dos partidos mayoritarios representados en el congreso, ganó Pedro Sánchez y el PSOE. Tienen ahora, aunque efímero, un balón de oxígeno, no lo desaprovechen y rectifiquen.