La lectura de la Carta abierta a Pedro Sánchez, de Gonzalo
Iglesias en La Región (http://www.laregion.es/opinion/gonzalo-iglesias-sueiro/carta-abierta-pedro-sanchez/20160108212225592089.html)
me ha estimulado para expresar públicamente mis criterios sobre el PSOE. No pertenezco
a ningún partido, lo que me da la posibilidad de decir cosas que el profesor, a
quien admiro, tal vez no podría decir aunque quisiera, por su afiliación al
PSOE.
Se especula mucho sobre los resultados electorales del 20 D,
y sus causas. Ya en http://racionalismopolitico.blogspot.com.es/2015/03/12.html,
había alertado del peligro de extinción del PSOE sino rectificaba su política a
tiempo. Hoy, lo más fácil y cruel es cargarle toda la responsabilidad al
secretario general, de cuestionable liderazgo o no, cuando el declive electoral
del PSOE es muy anterior a su mandato. Analicemos las causas.
Primero; el inicio del segundo periodo de
gobierno de Zapatero coincidió prácticamente con el inicio del ciclo recesivo
de la economía mundial, esta vez producto de la espiral descontrolada del capital
financiero especulativo. Esta crisis, que empezó en EEUU, se extendió rápidamente
a toda Europa y se cebó en España,
porque el 30% del PIB español correspondía a la industria del ladrillo y al
sector inmobiliario; y porque las Cajas de Ahorro (dirigidas por políticos) habían renunciado a su razón de ser,
para asumir funciones de Bancos, engordando con el capital de riesgo. Malas prácticas
y decisiones, que venían desde Aznar, y
que Zapatero continúo. Este último no creo la crisis, pero a él y su gobierno le
faltó visión, y aplicaron una política continuista. Tardó mucho en reaccionar y
gestionó mal la crisis, y para llenar la copa, tomó medidas anti populares
promovidas y compulsadas por Alemania, que iban contra la razón de ser de un
partido socialdemócrata: el estado de bienestar. Cuando se percata de la
debacle, adelanta las elecciones, pero el daño ya estaba hecho. Ahora cabria preguntarse, ¿Cómo el electorado podría confiar
en el programa electoral del PSOE y las buenas intenciones de Pedro
Sánchez? si aún, y digo aún, nadie de la
directiva del PSOE, ni de los Varones desde sus “feudos”, han pedido perdón por
los errores cometidos, tal vez mostrando un falso concepto de fidelidad a
Zapatero y al legado del PSOE, pero que en realidad se podría interpretar como
soberbia y menosprecio a su electorado
Segundo; la legislatura actual del PP, con su política de
austeridad para los pobres y la clase media, y su falta de sensibilidad humana
acentuó las brechas sociales, y con ello la indignación popular. El PSOE no
reaccionó, y ni siquiera intentó acercarse y canalizar las inquietudes y
denuncias de los más afectados por la crisis y las medidas de austeridad. Se
limitó a criticar los ajustes y decisiones del PP. En su defecto, surge Podemos,
que escucha, apoya y canaliza a los indignados mediante un programa de medidas
cumplibles o no; y sale “curiosamente” de la sombra, el partido Ciudadanos,
después de 8 años de fundado
Hasta hace muy poco el programa electoral del PSOE se limitaba a plantear que derogaría todas las leyes, reformas y ajustes adoptados por el PP en solitario, y a un Federalismo que aún no explicado bien en qué consiste. Si bien esta declaración de intenciones es necesaria e importante, no es decisoria para revertir la situación. Cualquier solución a los problemas de España pasa necesariamente por cambios estructurales de la economía para garantizar creación de empleo estable y sostenido (que no han sabido argumentar), y por la regeneración democrática para ajustar la maquinaria política y para evitar repetición de errores y la impunidad. Lo demás es seguir en sus trece. El PSOE perdió la iniciativa, y se ha limitado a tomar las propuestas de Podemos, con un enfoque más “digerible”. No hay nada que enajene más, y limite la inteligencia, que los largos años en el poder. Me da la impresión que no han entendido para nada lo que está pasando en España hoy. La falta de auto crítica del PSOE, y su pasividad, unido a la falta desde un inicio de un programa que recoja, y proponga soluciones reales y nuevas a los problemas actuales lo ha apartado del liderazgo político que exigen las condiciones actuales
Tercero, desde el mismo inicio del proceso
de elección de Pedro Sánchez a la secretaría general del PSOE, la división
interna y la lucha egoísta por el poder han aflorado con fuerza; incluso en
estos momentos cuando se necesita autoridad y capacidad de negociación. Desde
Felipe González con “sus criteriazos” políticos propios de añoranza protagónica
o del abandono de sus ideales iniciales, hasta Susana Diaz con sus ambiciones,
se han encargado de “serrucharle el piso” a Pedro, sin percatarse de que se lo
están serruchando también al propio PSOE. Ahora, el argumento que esgrimen es el mal resultado del
PSOE en las elecciones generales, y el no hacer concesión a la integridad
territorial de España !Que espectáculo más deprimente! Eso tienen las crisis;
no sólo generan cambios y reajustes, sino que también hacen aflorar de golpe
las contradicciones internas de un partido de centro, en este caso del PSOE, con
dos tendencias ideológicas que han servido de acomodo a algunos de sus
dirigentes históricos, según las circunstancias. Por un lado, los conservadores,
y los oportunistas, asociados o no a algunos de los líderes históricos del PSOE, que
no quieren cambio y prefieren en última instancia pactar con el PP; y por otro
lado, los que quieren reconducir el partido a la izquierda, reflotarlo, adecuándolo
al estado actual de cosas, sin renunciar a su base social: la clase media. El
primer grupo, vinculado y comprometido con el capital y la plutocracia; y el
segundo, con una base social muy diversa donde predominan funcionarios,
trabajadores, autónomos, pequeños empresarios y obreos. En este difícil contexto, el factor interno ha
promovido más incertidumbre y dudas al electorado, sobre la capacidad de negociación
y autoridad de Pedro Sánchez, y por tanto del PSOE, para poder formar un gobierno que responda a los resultados de las Urnas: “Queremos una
alternativa de gobierno al PP”
Como se podrá deducir, el culpable de que el PSOE no ganara
las elecciones o de que no saliera mejor parado en este mosaico político de 4
colores, y tan diferente al existente en anteriores elecciones, no es Pedro Sánchez,
que aunque tiene buenas intenciones, ni le apoyan, ni lo dejan dirigir. Si
existe un Podemos, y salió de la sombra con fuerza Ciudadanos, es porque el
PSOE no supo interpretar el momento, y romper con la vieja política, para
canalizar los intereses de izquierda y centro. Por favor, no vuelvan a reincidir en el mismo error; y a caer en la tentación de buscar falsos culpables. Las justificaciones
son el recurso de los necios y prostituyen los principios y las grandes obras
Todas las encuestas reflejan que en unas nuevas elecciones,
el PP y Podemos saldrían beneficiados. Si el PSOE no logra formar un gobierno
de coalición de izquierdas, saldría el peor parado, pues el electorado de
izquierdas se sentiría traicionado y lo castigaría en las urnas. De la misma forma le ocurriría
a Ciudadanos que quemó naves antes de tiempo, al decir que se abstendría para
que gobernara el PP, cumpliendose con las expectativas de ser marca blanca del PP. Pero
el PSOE está a tiempo de rectificar, y conformar una coalición de izquierdas.
Analicemos el último argumento de los conservadores del PSOE para no pactar: “No
aceptaremos el condicionamiento de Podemos, del Referendo en Cataluña”.
Veamos. El nacionalismo catalán hace años que existe, pero
evidentemente el PP ha sido un catalizador y generador de independentismo, con
su miopía política, prepotencia parlamentaria y atrincheramiento jurídico, llevándolo
a niveles nunca vistos. El independentismo catalán expresado en urnas, es de un
48% de la población con derecho al voto; y según las encuestas, el % que quiere
o ve con buenos ojos el derecho a la autodeterminación en un referendo, es aún
mayor. Esto no se puede negar ni obviar. Se ha llegado tan lejos, que hoy es muy difícil reconducir esa situación
¿Qué se pudiera hacer?
Primera opción, la gubernamental: contención jurídica, restricción de libertades, supresión de la autonomía y represión, porque es de suponer que habrá reacción. Esto sería la pérdida irremediable de Cataluña, pues ya no habría marcha atrás. Mejor es no pensar en ello, y no abundar más. Desgraciadamente hay mucha gente buena que el sentimiento nacional le ha nublado la vista dentro y fuera de Cataluña, y lo han apostado todo a esta opción. Quisiera pensar en que finalmente prime la cordura por ambas partes.
Segunda opción, la Negociación. Para ello primero hay que reconocer la realidad y no ignorarla; segundo ganar tiempo, para tratar de minimizar las circunstancias agravantes que avivan el fuego y polarizan la sociedad catalana, y para que se enfríe un poco la carga emocional independentista; y tercero, acceder al referendo bajo determinadas condiciones negociadas, en preguntas, % necesario de votos para la autodeterminación, y tiempo para creación del marco jurídico
¿Qué se pudiera hacer?
Primera opción, la gubernamental: contención jurídica, restricción de libertades, supresión de la autonomía y represión, porque es de suponer que habrá reacción. Esto sería la pérdida irremediable de Cataluña, pues ya no habría marcha atrás. Mejor es no pensar en ello, y no abundar más. Desgraciadamente hay mucha gente buena que el sentimiento nacional le ha nublado la vista dentro y fuera de Cataluña, y lo han apostado todo a esta opción. Quisiera pensar en que finalmente prime la cordura por ambas partes.
Segunda opción, la Negociación. Para ello primero hay que reconocer la realidad y no ignorarla; segundo ganar tiempo, para tratar de minimizar las circunstancias agravantes que avivan el fuego y polarizan la sociedad catalana, y para que se enfríe un poco la carga emocional independentista; y tercero, acceder al referendo bajo determinadas condiciones negociadas, en preguntas, % necesario de votos para la autodeterminación, y tiempo para creación del marco jurídico
La indignación en España es a nivel de todo el estado, y el
crecimiento del independentismo catalán también tiene un fuerte componente social
condicionado por la crisis, amen de la manipulación ex profeso de la Generalitat. Su composición por partidos es dominantemente de izquierdas, Un gobierno de
izquierdas en la Moncloa, facilitaría la negociación, y contribuiría a mejorar el clima social y a reabrir nuevas
esperanzas y alternativas en Cataluña. Por otro lado, y de acuerdo a la constitución
vigente, hoy aprobar un referendo en Cataluña requiere en cualquier caso de su aprobación
en el Parlamento y en el Senado, y sería no vinculante. Para ser vinculante habría
que modificar la constitución. Se necesita tiempo, y consenso; y hay que intentarlo y lograrlo aunque haya que persuadir a todas las partes, dentro de Cataluña y en Madrid. Es la única alternativa cuerda y sensata para frenar la escalada independentista,
y la arrogancia de los que se atribuyen el derecho exclusivo a pensar y
determinar por el pueblo catalán. Nada más parecido al totalitarismo. Y si al
final, ganara el independentismo dentro de un marco legal y democrático, no hay
otra opción en un mundo democrático y civilizado, que aceptarlo
Acaban de triunfar los independentistas en el Parlamento catalán,
con la elección de un Presidente independentista convencido, con antecedentes de
llamar a la desobediencia civil e invasores a los españoles; y que anunció ya la
continuidad del proceso de desconexión de España.
Para mi decepción, muchos, oportunistamente, y otros,
asustados, ven necesaria y deseable, una gran coalición PP-PSOE, ahora más que nunca. Yo no lo veo así, por el contrario. Ahora más que nunca veo la necesidad de un
gobierno de izquierdas, incluso con el partido Ciudadanos si es posible, que movilice
las fuerzas democráticas de Cataluña para exigirle al Gobierno Catalán que no
hable en nombre de todo el pueblo catalán; que pase a la negociación y el respeto
a las normas democráticas mundialmente aceptadas para estos casos, ó que convoque
unas nuevas elecciones, porque eso no es lo que dijeron las urnas
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