lunes, 6 de diciembre de 2021

No matemos a la gallina de los huevos de oro

Comentario, a escrito de Juan Carlos Monedero 

Sin discusión alguna, Monedero es un tío "leído y escribido", como se dice en otras latitudes; es un tío comprometido con la izquierda y con los intereses que representa, y no sólo aquí, sino también en el mundo; y es un tío con facilidades de expresión oral (le he escuchado alguna vez desde cerca) y escrita. Todo mi respeto y consideración. Pero, a no ser que haya un trasfondo electoral en su escrito, y dadas por hecho las verdades históricas, que comparto, me da la impresión de que hay cierta ambigüedad y sesgo de identidad con Podemos. Reconozco el rol histórico destacado de Podemos en la política española; que Unidas Podemos, es el único partido, a la izquierda del PSOE, de connotación nacional, y por tanto necesario a la hora de conformar un gobierno; pero puntualizo que, hoy carece de un fuerte liderazgo, y que debe replantearse algunas políticas y estructuras, para no seguir languideciendo. Para las próximas elecciones sería impredecible, si su gestión ministerial sería rentabilizada por el PSOE o no, o si el abrazo del Oso, lo anularía electoralmente o no.

En política hay partidos, ideologías, principios, programas, pero la sociedad está en constante movimiento y cambio, y estos son los que dictan, en última instancia, la táctica a emplear en cada momento. Eso es política. Yolanda Díaz, no se plantea ignorar a Podemos, pero si pretende, a partir de su popularidad, de su carisma gallego, de su capacidad de negociación, y de la fuerza actual del feminismo, asegurar a todas las fuerzas a la izquierda del PSOE, un resultado electoral más digno, que le dé más fuerza ministerial y de gobierno. Si se gana, felicidades muchas, pero su aspiración es realista. Y que esta alianza electoral, tenga buenos resultados electorales, es deseable hasta por las fuerzas sanas del PSOE, que temen un sorpasso de la derecha

 Yo he escuchado o leído la inmensa mayoría de las intervenciones de Yolanda Díaz, y me parecen muy atinadas, consecuentes y realistas. No ha hablado de disolver partidos de izquierda, sino de romper con su fraccionamiento electoral y la consiguiente pérdida de votos electorales; no hablado de renunciar a las utopías, sino de acotarlas para hacerlas viables; nunca ha renegado del comunismo, pero se distanció totalmente del estalinismo como forma de hacer política, y eso era necesario en una sociedad como la nuestra, donde la derecha marca la línea editorial y el linchamiento, embadurnándote de "gulags y de crímenes estalinistas” a la primera piedra o canto de cisne

Yolanda Díaz tiene personalidad propia, buena aceptación personal y ministerial, y tiene principios. Al ser mujer, delicada y correcta, contribuirá a restarle acritud, testosterona, y crispación a la política en España. No podemos asegurar cuántos votarán a su favor, pero si prever, cuántos de derechas o indecisos, la tendrán presente. Siempre será más lo que aporte que, lo que reste al movimiento. Estos giros, en la forma de hacer política, han estado presente, desde siempre, en la historia de la humanidad; y ni siquiera, el Marxismo, ha ignorado el rol de la personalidad.

Pero además, Yolanda aún no ha planteado su candidatura. Está centrada ahora, en lo más importante, en diseñar un programa, con base en la reindustrialización de España, y que pueda resultar transversal para una mayoría. No matemos a la gallina de los huevos de oro, por sutilezas o sesgo político conceptual o emocional. Déjenla intentar, lo que no se pudo "tomar por asalto”, en su momento

  

 

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