Comentario, a escrito de Juan Carlos Monedero
Sin discusión alguna, Monedero es un tío "leído y escribido", como se dice en otras latitudes; es un tío comprometido con la izquierda y con los intereses que representa, y no sólo aquí, sino también en el mundo; y es un tío con facilidades de expresión oral (le he escuchado alguna vez desde cerca) y escrita. Todo mi respeto y consideración. Pero, a no ser que haya un trasfondo electoral en su escrito, y dadas por hecho las verdades históricas, que comparto, me da la impresión de que hay cierta ambigüedad y sesgo de identidad con Podemos. Reconozco el rol histórico destacado de Podemos en la política española; que Unidas Podemos, es el único partido, a la izquierda del PSOE, de connotación nacional, y por tanto necesario a la hora de conformar un gobierno; pero puntualizo que, hoy carece de un fuerte liderazgo, y que debe replantearse algunas políticas y estructuras, para no seguir languideciendo. Para las próximas elecciones sería impredecible, si su gestión ministerial sería rentabilizada por el PSOE o no, o si el abrazo del Oso, lo anularía electoralmente o no.
En
política hay partidos, ideologías, principios, programas, pero la sociedad está
en constante movimiento y cambio, y estos son los que dictan, en última
instancia, la táctica a emplear en cada momento. Eso es política. Yolanda Díaz,
no se plantea ignorar a Podemos, pero si pretende, a partir de su popularidad,
de su carisma gallego, de su capacidad de negociación, y de la fuerza actual
del feminismo, asegurar a todas las fuerzas a la izquierda del PSOE, un
resultado electoral más digno, que le dé más fuerza ministerial y de gobierno.
Si se gana, felicidades muchas, pero su aspiración es realista. Y que esta
alianza electoral, tenga buenos resultados electorales, es deseable hasta por
las fuerzas sanas del PSOE, que temen un sorpasso de la derecha
Yo he escuchado o leído la inmensa mayoría de
las intervenciones de Yolanda Díaz, y me parecen muy atinadas, consecuentes y
realistas. No ha hablado de disolver partidos de izquierda, sino de romper con su
fraccionamiento electoral y la consiguiente pérdida de votos electorales; no
hablado de renunciar a las utopías, sino de acotarlas para hacerlas viables; nunca
ha renegado del comunismo, pero se distanció totalmente del estalinismo como
forma de hacer política, y eso era necesario en una sociedad como la nuestra,
donde la derecha marca la línea editorial y el linchamiento, embadurnándote de
"gulags y de crímenes estalinistas” a la primera piedra o canto de cisne
Yolanda
Díaz tiene personalidad propia, buena aceptación personal y ministerial, y
tiene principios. Al ser mujer, delicada y correcta, contribuirá a restarle
acritud, testosterona, y crispación a la política en España. No podemos
asegurar cuántos votarán a su favor, pero si prever, cuántos de derechas o
indecisos, la tendrán presente. Siempre será más lo que aporte que, lo que
reste al movimiento. Estos giros, en la forma de hacer política, han estado
presente, desde siempre, en la historia de la humanidad; y ni siquiera, el
Marxismo, ha ignorado el rol de la personalidad.
Pero además, Yolanda aún no ha planteado su
candidatura. Está centrada ahora, en lo más importante, en diseñar un programa,
con base en la reindustrialización de España, y que pueda resultar transversal para una mayoría. No matemos a la gallina de los huevos de oro, por sutilezas o sesgo político conceptual o
emocional. Déjenla intentar, lo que no se pudo "tomar por asalto”, en su
momento
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