miércoles, 3 de febrero de 2021

Political Show desde la Habana

Como todos los días, el despertar nos inunda de un sin fin de noticias, en las que no puede faltar, la evolución de la Covid-19, las vacunas, y posibles tratamientos para contener su letalidad, una vez contraído. Pero hoy, paso de ello. Hace unos tres días, me motivó el “political show”, frente al ministerio de cultura de Cuba. Y, como no puedo abstraerme, pues todo lo que pasa en Cuba me interesa, y preocupa, intentaré sacar “mis propias conclusiones y enseñanzas”.

Primero. El diálogo es posible, cuando los interlocutores tienen disposición, voluntad, y muestran seriedad, honestidad, tolerancia, y responsabilidad. La fecha de la fallida reunión, entre los demandantes y funcionarios del MINCULT, se conocía con antelación; y no puedo dejar de preguntarme ¿si acaso no se estaba consciente de que, por muy buenas o malas intenciones, cualquier demanda, petición pública en Cuba, lleva implícita la provocación connotada y manipulación por los grupos disidentes o divergentes, y los medios alternativos digitales, financiados o no por EEUU? ¿si no era presumible, con el antecedente de San Isidro, y la concentración anterior frente al ministerio de cultura, que, todos o algunos, tratarían de que no se hiciera finalmente la reunión, porque se les acabaría el argumento para mantener latente el show mediático, el escándalo?, y que incluso, tratarían de provocar un enfrentamiento, y si fuera con la policía, aun mejor. Creo que, a esta altura, todo eso era predecible, y, aun así, se intentó el diálogo por parte de las autoridades de cultura. Eso es tolerancia, y da, una idea clara, de las buenas intenciones de los interlocutores del MINCULT

Segundo. A los hechos. Se acordó que los demandantes enviarían tres delegados, y no fue así. Fueron algo más de tres, y escoltados por la llamada prensa alternativa digital, tal vez por su poca fe, pero que, en cualquier caso, evidencia sus verdaderas intenciones mediáticas, y el verdadero trasfondo: el Show. Se les propuso una segunda hora de encuentro, para que se pudieran ponerse de acuerdo, y poder hacer la reunión con los 3, como se había acordado; pero tampoco pudo ser, pues se negaron. Después de estar sirviendo como interlocutor el viceministro Rojas, salió el ministro, para estimular, sin intención consciente, sus exigencias y protagonismo ¿por qué no se preservó?; y ya que decidió salir, ¿por qué se dejó provocar, aunque no haya pasado de algo más de una reacción lógica ante la invasión de su privacidad, por el portador del móvil? Pero bueno, esto sucede todos los días en el mundo, sobre todo con deportistas, artistas famosos, o con cualquier ciudadano, cuando se sientes acosados mediáticamente. Como noticia no tiene mayor recorrido; pero si evidenció falta de cultura política y de suspicacia, por parte de las autoridades en cuestión. Con el perdón de todos los dirigentes políticos y estatales, ninguno tiene la personalidad de Fidel, ni su legitimidad, ni se viven los mismos tiempos.

Pero voy a más. En Europa, y EEUU, en el mundo democrático occidental liberal, ¿ningún ministro o viceministro, recibe o acepta una reunión bajo presión, con ciudadanos aislados y pocos transparentes o mal intencionados? Eso es muy inusual y poco probable, y más si no hay una organización pujante o reconocida detrás. Hasta en las huelgas, se negocia con representantes de los huelguistas, no con todos; aunque presumiblemente, discutirán cualquier acuerdo con sus bases. Esta no fue una demanda, ni una petición de diálogo. Fue una puesta en escena, mediática, en toda la regla; y el ministerio cayó en la encerrona

Tercero. Aunque toda opinión ciudadana es válida, y debe ser escuchada, existen los escenarios, espacios e instancias estatales, y de la sociedad civil, donde evacuar, plantear, y exigir respuesta y soluciones; sin que se descarte por ello, alguna problemática, cuya solución requiera la participación directa de los niveles superior. Y, todo indica que, este caso se manejó así. Se trataba de una reunión, un encuentro entre las dos partes; que a priori, los demandantes convirtieron en una pequeña manifestación (de 5 o 20 ciudadanos, da igual), en un espectáculo mediático. En democracia, capitalista o socialista, se presupone que la manifestación ciudadana, es uno de los últimos recursos, cuando no se les ha escuchado, o no consideran satisfechas sus peticiones, en los diferentes niveles organizativos sociales y estatales donde las han planteado. Pregunto, ¿esos conciudadanos, ya habían hecho esos planteamientos en sus respectivas organizaciones civiles ramales, como la UNEAC, AHS, Artes escénicas, la Casa de las Américas, etc.? Si la respuesta es no, entonces qué los hace tan especiales que, han de ser atendidos personalmente por un alto funcionario de gobierno (desconozco si se previó para ese encuentro, la presencia de estas organizaciones y el Sindicato de cultura, que en cualquier caso deberían estar presente) ?, máxime cuando no han sido honestos y transparentes en sus intenciones. El atenderlos directamente desde arriba, saltándose los canales, ¿no debilita el rol de estas organizaciones, como representantes y mediadores sociales? o ¿se les iba a atender por miedo, o bajo presión? No se debe estimular a que, los ciudadanos se salten los mecanismos sociales y estatales existentes; porque de lo contrario éstas no tendrían razón de ser; y se crearía un caos. Otra cosa es, el lograr que funcionen bien. Sobre esto, comentaré más abajo. Y aun otra pregunta ¿si estaban exigiendo la libertad de algún que otro ciudadano o compañero, ¿por qué Cultura, tiene que asumir esa reunión? Cultura, a cultura.

Cuarto. Cuando se intuye que no se quiere dialogar, que no se quiere entendimiento alguno, hay que evitar, siempre que sea posible, la conflictividad y el enfrentamiento; pero también hay que documentar y testimoniar bien todos y cada uno de los antecedentes y actuaciones de ambas partes, desde el primer contacto; y pasar a la ofensiva informativa; antes de que pulule en redes, la desinformación y las “fakes”. La mayoría del pueblo, y los intelectuales y artistas, siempre sabrán distinguir la verdad, y las verdaderas intenciones de unos y otros, cuando prima la inmediatez y la transparencia informativa. Hay que ser tolerantes, dentro de lo enmarcado por la constitución y la ley, pero no ingenuos, porque se está jugando al duro.

Quinto. La cultura y la creación artística en Cuba, ha pasado por diferentes etapas, no precisamente lineal, con sus altos y bajos en el consenso artístico-político, y no ignoro que, algún (o algunos), pueda haberse sentido incomprendido, criticado; se haya sentido cuestionado o censurado por su obra, en algún momento; pero no creo que, sean precisamente los artistas, los más afectados en cuestiones de libertad de expresión, pues tienen el privilegio de la libre de la creación y la libre interpretación, de la oblicuidad, de la ambigüedad. Pueden crear y presentar su obra, y por muy polémica que resulte; ellos, como creadores, siempre tienen la última palabra, “esa es su interpretación; no fue lo que quise pintar, esculpir, interpretar o escribir”, y hay que respetarlo. No conozco a los participantes, ni se sobre su valía artística o no, ni me preocupa; pues la opinión de cualquier ciudadano siempre ha de ser escuchada, sea artista o no.

Sexto. Nadie tiene que asustarse por lo sucedido, ni sobredimensionarlo; porque al margen de sus pretensiones, han puesto de manifiesto sus verdaderas intenciones, han sido muy burdos y torpes. ¿Perseguían el ruido?; obvio. La sociedad es plural, aunque el poder lo detente una clase u otra, un partido u otro; exista una democracia liberal o socialista, una monarquía o una república. La diversidad de pensamiento siempre ha existido, solo que, hoy, las redes sociales lo han puesto más en evidencia; y las personas y los gobiernos están más expuestos que nunca. A ambas cosas habrá que acostumbrarse, porque ya forman parte de la cotidianidad; y estamos obligados  aprender, a convivir y lidiar con ellas; y a interiorizar que, las redes sociales son portadoras de inmediatez y gran alcance, desde cualquier lugar, y hasta cualquier parte donde haya internet; pero que también son, un instrumento valioso para captar los estados de opiniones, al menos de una parte de la sociedad, la poseedora de móviles e internet, y que por tanto, las opiniones podrán estar sesgadas, por el criterio obligado de muestra.

Séptimo. Anécdota al margen, es previsible o predecible que, se den otras experiencias como ésta, desde la disidencia anexionista o desde la exigencia ciudadana; lo que hace necesario anticiparse a los mismos, para estar a tono con los nuevos tiempos. Hay que revisar y actualizar los mecanismos de retroalimentación; los protocolos de atención a la población (presentación, tramitación y tiempo límite de respuesta a quejas); el papel de las organizaciones de la sociedad civil (centralismo - participación real - disposición permanente al diálogo - seguimiento y respuesta a los problemas); etc. Pero también, revisar, el proceso de selección de cuadros y mandos administrativos, intermedios y de base, y de los funcionarios administrativos o no (por convocatoria y por oposiciones) para buscar mayor profesionalidad = aptitud + actitud; profundizar en el sistema de evaluación y en los parámetros a medir en sus evaluaciones, incluidos los cuadros ministeriales. Hoy, ser revolucionario no es condición suficiente para ser un servidor social; hay que tener sensibilidad social, conocimiento, capacidad de solución de conflictos, y responsabilidad ciudadana. La arrogancia política, prejuicios, indiferencia, insensibilidad, y estrechez de pensamiento de, algunos funcionarios estatales, partidistas, y de la ejecutiva de las organizaciones de la sociedad civil, muchas veces hacen más daño que, los enemigos manifiestos o encubiertos. Hay que cambiar la mentalidad; y aunque es difícil y lleva su tiempo, la realidad constatable, no da mucho margen, porque se mueve a otro ritmo. Al mismo tiempo, éste cambio de época, de mentalidad y de medios de influencia, habrá que asumirlo, enérgica y diáfanamente, con inteligencia y sin miedo, sin llegar nunca a la violencia. Si es mala la intransigencia al margen de la ley; malo también es el miedo, la candidez, la ingenuidad y la mediocridad. No creo que, en Cuba, la reacción internacional, pueda replicar un “Golpe blando”, mientras no haya violencia estatal, pero si se busca, rabiosamente, una confrontación o un hecho dentro del país, que de motivos y ponga en peligro, el posible reacercamiento entre la nueva administración de EEUU y Cuba

Publicado tambien https://cubayeconomia.blogspot.com/2021/02/political-show-desde-la-habana.html


1 comentario:

  1. Respuesta a Rogelio Castro Muñiz 1 de febrero de 2021, 21:07 en Cuba y Desarrollo
    La burocracia enquistada por el peso de los años, hace más difícil los cambios, las reformas, y el cambio de mentalidad, en cualquier país; pues protagonizan el primer momento de verdad (en términos de servicio), el primer contacto directo entre el estado o las organizaciones y el ciudadano; que marcará la percepción y disposición del ciudadano a creer en las instituciones y en la solución de sus problemas. Por ello, hice hincapié en cómo se debía y tenía que, ir cambiando la mentalidad de los funcionarios, para dar respuestas a los ciudadanos, con mayor prontitud y eficiencia; lo que bajaría el índice de conflictividad. No lo vinculé directamente a este caso, porque hasta hoy, desconozco si estos ciudadanos recorrieron todos los canales previstos, antes de exigir una reunión con el ministerio. Mis disculpas si no le pareció así. Lo que, si señalé, fue, las buenas intenciones del ministro y viceministro, y que tal vez pecaran de candidez; porque cuando no se quiere dialogar, no se quiere, y ellos, los artistas, ciudadanos o demandantes, evidentemente no lo querían. Gracias por leerlo, y comentarlo

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