Como todos los días, el despertar nos inunda de un sin fin de
noticias, en las que no puede faltar, la evolución de la Covid-19, las vacunas,
y posibles tratamientos para contener su letalidad, una vez contraído. Pero
hoy, paso de ello. Hace unos tres días, me motivó el “political show”, frente
al ministerio de cultura de Cuba. Y, como no puedo abstraerme, pues todo lo que
pasa en Cuba me interesa, y preocupa, intentaré sacar “mis propias conclusiones
y enseñanzas”.
Primero. El
diálogo es posible, cuando los interlocutores tienen disposición, voluntad, y
muestran seriedad, honestidad, tolerancia, y responsabilidad. La fecha de la
fallida reunión, entre los demandantes y funcionarios del MINCULT, se conocía
con antelación; y no puedo dejar de preguntarme ¿si acaso no se estaba
consciente de que, por muy buenas o malas intenciones, cualquier demanda,
petición pública en Cuba, lleva implícita la provocación connotada y
manipulación por los grupos disidentes o divergentes, y los medios alternativos
digitales, financiados o no por EEUU? ¿si no era presumible, con el antecedente
de San Isidro, y la concentración anterior frente al ministerio de cultura,
que, todos o algunos, tratarían de que no se hiciera finalmente la reunión,
porque se les acabaría el argumento para mantener latente el show mediático, el
escándalo?, y que incluso, tratarían de provocar un enfrentamiento, y si fuera
con la policía, aun mejor. Creo que, a esta altura, todo eso era predecible, y,
aun así, se intentó el diálogo por parte de las autoridades de cultura. Eso es
tolerancia, y da, una idea clara, de las buenas intenciones de los
interlocutores del MINCULT
Segundo. A los
hechos. Se acordó que los demandantes enviarían tres delegados, y no fue así.
Fueron algo más de tres, y escoltados por la llamada prensa alternativa
digital, tal vez por su poca fe, pero que, en cualquier caso, evidencia sus
verdaderas intenciones mediáticas, y el verdadero trasfondo: el Show. Se les
propuso una segunda hora de encuentro, para que se pudieran ponerse de acuerdo,
y poder hacer la reunión con los 3, como se había acordado; pero tampoco pudo
ser, pues se negaron. Después de estar sirviendo como interlocutor el
viceministro Rojas, salió el ministro, para estimular, sin intención
consciente, sus exigencias y protagonismo ¿por qué no se preservó?; y ya que
decidió salir, ¿por qué se dejó provocar, aunque no haya pasado de algo más de
una reacción lógica ante la invasión de su privacidad, por el portador del
móvil? Pero bueno, esto sucede todos los días en el mundo, sobre todo con
deportistas, artistas famosos, o con cualquier ciudadano, cuando se sientes
acosados mediáticamente. Como noticia no tiene mayor recorrido; pero si
evidenció falta de cultura política y de suspicacia, por parte de las
autoridades en cuestión. Con el perdón de todos los dirigentes políticos y estatales,
ninguno tiene la personalidad de Fidel, ni su legitimidad, ni se viven los
mismos tiempos.
Pero voy a
más. En Europa, y EEUU, en el mundo democrático occidental liberal, ¿ningún
ministro o viceministro, recibe o acepta una reunión bajo presión, con
ciudadanos aislados y pocos transparentes o mal intencionados? Eso es muy
inusual y poco probable, y más si no hay una organización pujante o reconocida
detrás. Hasta en las huelgas, se negocia con representantes de los huelguistas,
no con todos; aunque presumiblemente, discutirán cualquier acuerdo con sus
bases. Esta no fue una demanda, ni una petición de diálogo. Fue una puesta en
escena, mediática, en toda la regla; y el ministerio cayó en la encerrona
Tercero. Aunque
toda opinión ciudadana es válida, y debe ser escuchada, existen los escenarios,
espacios e instancias estatales, y de la sociedad civil, donde evacuar,
plantear, y exigir respuesta y soluciones; sin que se descarte por ello, alguna
problemática, cuya solución requiera la participación directa de los niveles
superior. Y, todo indica que, este caso se manejó así. Se trataba de una
reunión, un encuentro entre las dos partes; que a priori, los demandantes
convirtieron en una pequeña manifestación (de 5 o 20 ciudadanos, da igual), en
un espectáculo mediático. En democracia, capitalista o socialista, se presupone
que la manifestación ciudadana, es uno de los últimos recursos, cuando no se
les ha escuchado, o no consideran satisfechas sus peticiones, en los diferentes
niveles organizativos sociales y estatales donde las han planteado. Pregunto,
¿esos conciudadanos, ya habían hecho esos planteamientos en sus respectivas
organizaciones civiles ramales, como la UNEAC, AHS, Artes escénicas, la Casa de
las Américas, etc.? Si la respuesta es no, entonces qué los hace tan
especiales que, han de ser atendidos personalmente por un alto funcionario de
gobierno (desconozco si se previó para ese encuentro, la presencia de estas
organizaciones y el Sindicato de cultura, que en cualquier caso deberían estar
presente) ?, máxime cuando no han sido honestos y transparentes en sus
intenciones. El atenderlos directamente desde arriba, saltándose los canales,
¿no debilita el rol de estas organizaciones, como representantes y mediadores
sociales? o ¿se les iba a atender por miedo, o bajo presión? No se debe
estimular a que, los ciudadanos se salten los mecanismos sociales y estatales
existentes; porque de lo contrario éstas no tendrían razón de ser; y se crearía
un caos. Otra cosa es, el lograr que funcionen bien. Sobre esto, comentaré más
abajo. Y aun otra pregunta ¿si estaban exigiendo la libertad de algún que otro
ciudadano o compañero, ¿por qué Cultura, tiene que asumir esa reunión? Cultura,
a cultura.
Cuarto. Cuando
se intuye que no se quiere dialogar, que no se quiere entendimiento alguno, hay
que evitar, siempre que sea posible, la conflictividad y el enfrentamiento;
pero también hay que documentar y testimoniar bien todos y cada uno de los
antecedentes y actuaciones de ambas partes, desde el primer contacto; y pasar a
la ofensiva informativa; antes de que pulule en redes, la desinformación y las
“fakes”. La mayoría del pueblo, y los intelectuales y artistas, siempre sabrán
distinguir la verdad, y las verdaderas intenciones de unos y otros, cuando
prima la inmediatez y la transparencia informativa. Hay que ser tolerantes,
dentro de lo enmarcado por la constitución y la ley, pero no ingenuos, porque
se está jugando al duro.
Quinto. La
cultura y la creación artística en Cuba, ha pasado por diferentes etapas, no
precisamente lineal, con sus altos y bajos en el consenso artístico-político, y
no ignoro que, algún (o algunos), pueda haberse sentido incomprendido,
criticado; se haya sentido cuestionado o censurado por su obra, en algún
momento; pero no creo que, sean precisamente los artistas, los más afectados en
cuestiones de libertad de expresión, pues tienen el privilegio de la libre de
la creación y la libre interpretación, de la oblicuidad, de la ambigüedad.
Pueden crear y presentar su obra, y por muy polémica que resulte; ellos, como
creadores, siempre tienen la última palabra, “esa es su interpretación; no fue
lo que quise pintar, esculpir, interpretar o escribir”, y hay que respetarlo.
No conozco a los participantes, ni se sobre su valía artística o no, ni me
preocupa; pues la opinión de cualquier ciudadano siempre ha de ser escuchada,
sea artista o no.
Sexto. Nadie
tiene que asustarse por lo sucedido, ni sobredimensionarlo; porque al margen de
sus pretensiones, han puesto de manifiesto sus verdaderas intenciones, han sido
muy burdos y torpes. ¿Perseguían el ruido?; obvio. La sociedad es plural,
aunque el poder lo detente una clase u otra, un partido u otro; exista una
democracia liberal o socialista, una monarquía o una república. La diversidad
de pensamiento siempre ha existido, solo que, hoy, las redes sociales lo han
puesto más en evidencia; y las personas y los gobiernos están más expuestos que
nunca. A ambas cosas habrá que acostumbrarse, porque ya forman parte de la
cotidianidad; y estamos obligados aprender, a convivir y lidiar con
ellas; y a interiorizar que, las redes sociales son portadoras de inmediatez y
gran alcance, desde cualquier lugar, y hasta cualquier parte donde haya
internet; pero que también son, un instrumento valioso para captar los estados
de opiniones, al menos de una parte de la sociedad, la poseedora de móviles e
internet, y que por tanto, las opiniones podrán estar sesgadas, por el criterio
obligado de muestra.
Séptimo. Anécdota
al margen, es previsible o predecible que, se den otras experiencias como ésta,
desde la disidencia anexionista o desde la exigencia ciudadana; lo que hace
necesario anticiparse a los mismos, para estar a tono con los nuevos tiempos.
Hay que revisar y actualizar los mecanismos de retroalimentación; los
protocolos de atención a la población (presentación, tramitación y tiempo
límite de respuesta a quejas); el papel de las organizaciones de la sociedad
civil (centralismo - participación real - disposición permanente al diálogo -
seguimiento y respuesta a los problemas); etc. Pero también, revisar, el
proceso de selección de cuadros y mandos administrativos, intermedios y de
base, y de los funcionarios administrativos o no (por convocatoria y por
oposiciones) para buscar mayor profesionalidad = aptitud + actitud; profundizar
en el sistema de evaluación y en los parámetros a medir en sus evaluaciones,
incluidos los cuadros ministeriales. Hoy, ser revolucionario no es condición
suficiente para ser un servidor social; hay que tener sensibilidad social,
conocimiento, capacidad de solución de conflictos, y responsabilidad ciudadana.
La arrogancia política, prejuicios, indiferencia, insensibilidad, y estrechez
de pensamiento de, algunos funcionarios estatales, partidistas, y de la
ejecutiva de las organizaciones de la sociedad civil, muchas veces hacen más
daño que, los enemigos manifiestos o encubiertos. Hay que cambiar la
mentalidad; y aunque es difícil y lleva su tiempo, la realidad constatable, no
da mucho margen, porque se mueve a otro ritmo. Al mismo tiempo, éste cambio de
época, de mentalidad y de medios de influencia, habrá que asumirlo, enérgica y
diáfanamente, con inteligencia y sin miedo, sin llegar nunca a la violencia. Si
es mala la intransigencia al margen de la ley; malo también es el miedo, la
candidez, la ingenuidad y la mediocridad. No creo que, en Cuba, la reacción
internacional, pueda replicar un “Golpe blando”, mientras no haya violencia
estatal, pero si se busca, rabiosamente, una confrontación o un hecho dentro
del país, que de motivos y ponga en peligro, el posible reacercamiento entre la nueva administración de EEUU y Cuba
Respuesta a Rogelio Castro Muñiz 1 de febrero de 2021, 21:07 en Cuba y Desarrollo
ResponderEliminarLa burocracia enquistada por el peso de los años, hace más difícil los cambios, las reformas, y el cambio de mentalidad, en cualquier país; pues protagonizan el primer momento de verdad (en términos de servicio), el primer contacto directo entre el estado o las organizaciones y el ciudadano; que marcará la percepción y disposición del ciudadano a creer en las instituciones y en la solución de sus problemas. Por ello, hice hincapié en cómo se debía y tenía que, ir cambiando la mentalidad de los funcionarios, para dar respuestas a los ciudadanos, con mayor prontitud y eficiencia; lo que bajaría el índice de conflictividad. No lo vinculé directamente a este caso, porque hasta hoy, desconozco si estos ciudadanos recorrieron todos los canales previstos, antes de exigir una reunión con el ministerio. Mis disculpas si no le pareció así. Lo que, si señalé, fue, las buenas intenciones del ministro y viceministro, y que tal vez pecaran de candidez; porque cuando no se quiere dialogar, no se quiere, y ellos, los artistas, ciudadanos o demandantes, evidentemente no lo querían. Gracias por leerlo, y comentarlo