miércoles, 30 de marzo de 2016

CUBA: VISITA DE OBAMA A CUBA

Una visita histórica como colofón del proceso de restablecimiento de las relaciones entre Cuba y EEUU. Quedará escrita con mayúsculas en los anales de la historia. Sin menospreciar el importante rol del Papa como mediador, dos presidentes, con ideologías y motivaciones diferentes, y también representantes máximos de dos estados enfrentados antagónicamente por más de 60 años, han logrado  romper con el último vestigio visible de la guerra fría y de lo absurdo. Por un lado, EEUU, que no estaba dispuesto a permitir un "mal ejemplo" en América Latina, utilizando todos los medios habidos y por haber para derrocar la revolución cubana, incluso el intentar hacerla claudicar mediante el hambre; y por otro, una pequeña Isla, que en la defensa legítima y digna de su derecho a la libre autodeterminación, y a escoger su modelo de desarrollo político y socio-económico, su gobierno se enclaustró y aferró durante años al no cambio, a titulo de instinto de conservación. 

La defensa por Cuba, de su soberanía y su modelo, ha implicado un alto costo social para la población cubana, sobre todo a partir de la desaparición de los países socialistas de Europa, y del recrudecimiento del bloqueo, al margen de las infuncionabilidades de su modelo. La supervivencia del socialismo en Cuba está destinada al fracaso, si no se logra una inyección considerable de capital y know-how desde el exterior. Para EEUU, el bloqueo solo ha logrado aunar a gran parte del pueblo cubano alrededor de sus líderes históricos; y a distanciar a EEUU del concierto de las naciones americanas.

Tantos años de enfrentamiento no se borran de un plumazo, y la desconfianza mutua perdurará durante mucho tiempo. No me hago falsas expectativas, ni ilusiones. EEUU, no renunciará a su aspiración de socavar el socialismo en Cuba, ahora desde dentro, y de una forma más sutil y a mediano plazo. Tampoco la dirección actual del gobierno cubano, renunciará a su socialismo, y tratará de protegerse, dosificar y ralentizar los cambios para no perder el control. Evidentemente, el restablecimiento de las relaciones entre EEUU y Cuba, es sobre todo un acto racional y práctico de ambos gobiernos, y como tal habrán de comportarse.

A pesar de mi escepticismo respeto a la renuncia de EEUU a la injerencia histórica en los asuntos internos de otros países, me quedo con su declaración Sr Obama, en la conferencia de prensa en la Habana, cuando dijo, "El futuro de Cuba lo tienen que decidir los cubanos y no nadie más". Y pienso, que el gobierno cubano, a pesar de su resistencia histórica a los cambios, tratará de ponerse al frente de estos, que cada día condicionan y exigen otros; y que son irreversibles

En un mundo civilizado no cabe otra interpretación racional que no sea el actuar en consonancia con los nuevos tiempos y renunciar a la utilización de la violencia y mecanismos económicos brutales y de presión contra otros países, movidos por factores ideológicos y geopolíticos. No cabe otra interpretación que no sea el ser consecuentes hasta el final, con el pluralismo político tan defendido, extendiéndolo también a las relaciones entre estados. No cabe otra interpretación, que no sea el darle, y respetar sus tiempos al resto de los países, como los tuvo EEUU y Europa en su momento, para que evolucionen y resuelvan sus problemas internos sin violencia ni patrocinadores externos, que indica la más reciente experiencia en el medio oriente, sólo ha generado más violencia, muertes, hambre, destrucción y desolación.

En situaciones normales, las condiciones materiales de vida determinan la forma de pensar y actuar de los individuos de forma casi evolutiva, sin necesidad de querer quemar o saltar etapas, ni de injerencias ni intromisiones. Querer hacer claudicar un pueblo y a un gobierno por hambre; es como sacar una confesión bajo torturas. Si se quieren cambios, habrá que normalizar las relaciones (sólo se han dado los primeros pasos), propiciar y permitir su integración a la economía mundial y a las finanzas, y a todo tipo de colaboración y cooperación que propicie desarrollo, y que permita que mejoren las condiciones de vida del pueblo cubano.  Cuando estén creadas esas condiciones, entonces será decisión exclusiva del pueblo cubano, si quiere continuar el perfeccionamiento de su modelo socialista, o quiere romper definitivamente con él, y exponerse tal vez a ser lo que fue antes del 59: el traspatio y laboratorio de ensayo; el gran casino y burdel.

Lo demás, es arrogancia y rancia política, que cae en el terreno de lo absurdo y de lo reaccionario. Bienvenidos todos al racionalismo

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