Escuchando las
palabras de García Margallo, ministro de relaciones exteriores y
cooperación de España, en el programa televisivo la “Mañana de la 1”, me he
sentido obligado a escribir. Ante la pregunta de la periodista, que representa
a un amplio sector periodístico conservador y de derechas, sobre su visita a
Cuba y lo que podría representar de apoyo al régimen de los Castros, su
respuesta fue consecuente con la ideología de su gobierno, pero sobre todo
práctica, y merece mi respeto
Argumentó, que si fueron tres Papas, el jefe
de gobierno del estado capitalista más poderoso del mundo, EEUU, e
históricamente el más hostil al gobierno revolucionario de Cuba, y otros jefes
de estado de importantísimos países de Europa, ¿por qué no lo iba a hacer
España?, máxime cuando se ha logrado incluir el asunto de los derechos humanos,
en las negociaciones ya cerradas entre Cuba y la UE para eliminar la llamada
posición común promovida durante el Gobierno de Aznar. Segundo, que
históricamente España ha tenido presencia económica en Cuba, sobre todo en la
industria turística, y que no puede perder la nueva coyuntura para profundizar
su presencia, y abrir nuevas puertas al Capital español en Cuba.
Afortunadamente,
hay un distanciamiento entre la prensa de derecha y el sentido práctico de los
gobiernos de España, desde Franco incluso. La retórica arcaica, conservadora y de
gran potencia, manipuladora de la verdad y/o caja de resonancia de lo más
mínimo que se publique en contra del gobierno de los Castros, sin constatar su
veracidad y objetividad en la mayoría de los casos, deja mucho que desear y de
leer. ¿O eres Dios o eres Diablo? No por gusto, instituciones internacionales
de estado de opinión, catalogan a la prensa española como la menos plural de
los países desarrollados, aunque en honor a la verdad, hay, por suerte, programas
y publicaciones periódicas que se distancian de ese facilismo y oportunismo
mediático.
La presencia
española en Cuba siempre ha sido tan fuerte, que al culminar la guerra de los
cubanos por su independencia de España, con la nefasta y oportunista
intervención norteamericana, no hubo odio, ni represión, ni rechazo, ni
discriminación a los españoles. Siguió llegando emigración española a Cuba, en
proporciones mayores hasta casi el año 1958. La relación entre España y Cuba,
su última colonia de ultramar, siempre ha sido especial, sanguínea, familiar, afectiva,
cultural. Hasta Expósito (Radio Cope), a su llegada de Cuba, dijo en reiteradas ocasiones,
que no creía que hubiese otro país donde se quisiera más a los españoles que en
Cuba. La política exterior de Aznar respecto a Cuba, no sólo fue un servilismo manifiesto
a EEUU y al capital cubanoamericano de Miami, sino también un intento de
romper unas relaciones que están por encima de ideologías y esquemas políticos.
Franco, a quien no se le puede acusar de comunista, nunca rompió relaciones con
Cuba. Fraga, fundador del PP; Adolfo Suárez, Felipe González, Zapatero y Nuñez Feijó estuvieron en Cuba;
y este último anunció una próxima visita
Por otro lado,
me gustaría escuchar a esos mismos periodistas y tertulianos, establecer
diferencias entre las relaciones estatales de España con Cuba; y las relaciones
con la China comunista; y con los regímenes dictatoriales, monárquicos y
autocráticos del Medio oriente, o con la Turquía de Erdogan y la Monarquía de
Marruecos donde se violan constantemente los derechos humanos. La doble moral
no sólo siempre es censurable, sino que también descaracteriza y pone en
evidencia la profesionalidad y la honestidad del periodismo que la utiliza como
arma arrojadiza sobre sus adversarios ideológicos.
Finalmente, quisiera
detenerme en la última parte de la respuesta de Margallo, cuando dijo en este
mismo programa “hoy, la inmensa mayoría del pueblo cubano lo que quiere es
progresar económicamente”. Esto en su boca, es reconocer que la política no es la
prioridad de la mayoría de los cubanos, como lo quieren hacer ver, y se empeñan
en ello los paladines, civilizadores y apologéticos de la democracia europea, los
nuevos Cruzados.
En otra ocasión
he dicho, que pretender que se caiga un gobierno extranjero, con medidas económicas
que afectan a su población, no sólo es reaccionario, injusto e irresponsable, sino también una gran muestra de falta de
sensibilidad humana. Se imagina el lector, que todos los países poderosos en
aquella época de Franco hubiesen pretendido matar de hambre al pueblo español para que este
se enfrentase a la dictadura; y eso que hay distancias, eh! porque en
Cuba no hubo, ni hay asesinatos ni desaparecidos
En Cuba hay
unipartidismo, las minorías ideológicas no tienen espacio, hay ciertas
restricciones de los derechos civiles, y en tal sentido es válida la crítica,
la confrontación teórica, y hasta su denuncia; pero hay otros derechos humanos,
recogidos como sociales y económicos en la Carta de la ONU, a los que la
inmensa mayoría del pueblo no quiere renunciar, y que son hoy reconocidos por instituciones
y organizaciones internacionales. Dejen al pueblo cubano que sea el que piense
y decida su destino, como sucedió en España, y no pongan en su boca lo que algunos
piensan
Podemos
discrepar, defender nuestra ideología, pero manipular y mentir no. Eso no es
libertad de expresión, y mucho menos de prensa, por la connotación social, e incluso
internacional, de esta última
No hay comentarios:
Publicar un comentario