Ha muerto Fidel Castro. Lo habían
“matado” tantas veces que aún no lo creía. Y aunque su edad y su salud
presagiaban una muerte inminente, algunos siempre pensamos que no sería por
ahora; tal vez por su descendencia gallega y su fuerte y voluntariosa
personalidad. Como era de esperar, su muerte ha levantado muchas pasiones a
favor y en contra, que van desde el jolgorio de muchos cubanos residentes en
Miami, hasta el luto, la tristeza y el silencio sepulcral respetuoso de gran
parte de los cubanos que viven en Cuba, y el reconocimiento de estadistas de
todo el mundo. Aún después de muerto, sigue y seguirá siendo controversial,
como la obra de todo ser humano comprometido en un proyecto político y social.
Un pariente muy cercano, al que
quiero mucho, me dijo una vez apasionadamente en mi casa materna, que si
trataba de escribir un panegírico sobre Fidel no tendría nada bueno que decir.
Ya entonces le respondí que en mi caso sí, y lo haría aunque fuese para mi
tranquilidad de espíritu y por mi sentido de la justicia. Con esa intención lo
estoy haciendo aunque encuentre incomprensión dentro y fuera de Cuba. Asumo el
reto.
A esta hora, trato de entender
las razones de todo el mundo, pero sé que es imposible conciliarlas en estos
momentos, y menos desde el odio, el rencor, el apasionamiento y
atrincheramiento. Ahora mismo, mi preocupación es ser lo más objetivo y justo
posible. En una guerra siempre hay bajas de ambos lados. Quien perdió un
familiar en la guerra revolucionaria (1956-1959), o porque le fue ajusticiado
en las dos primeras semanas por crímenes contra la población civil (hay cifras
extraoficiales que hablan de algo más de 500), es lógico que tenga una opinión
desfavorable sobre la revolución y Fidel. A este sentimiento inicial, se
sumaron gran parte de los expropiados, y se han ido sumando, con matices y
desde perspectivas muy diferentes, otras olas de emigrantes cubanos. Ante el desarraigo
que implica la emigración y el tener que volver a empezar de cero. Muchos
responsabilizan a la revolución y Fidel. Eso crea resentimiento.
Primero, huyeron o se fueron los
batistianos comprometidos con crímenes, la corrupción, y los afectados por las
primeras leyes revolucionarias, o simplemente por miedo. Después de esa primera
ola, la mayoría se ha estado yendo por razones económicas, y otros los menos,
por problemas políticos y desavenencias. Hubo quienes fueron recluidos en
granjas (Unidades Militares de Ayuda a la Producción-UMAP) entre los años 1965
y 1968, por religiosos activos, homosexuales o vagos; hubo líderes juveniles
católicos universitarios que fueron separados de la universidad a principio de
la revolución; hubo otros cubanos, que en determinado momento de la revolución
sufrieron agravios y actos de repudio por simplemente querer irse del país
(1981-1982); hubo estudiantes y profesores, que fueron expulsados (1980-81,
durante el proceso de profundizacion de la conciencia revolucionaria) de las
universidades por homosexualismo o por el llamado diversionismo ideológico. Hay
también quienes fueron acosados, y que han sufrido y sufren censura por sus ideas.
Incluso desde la izquierda, muchos cuidábamos de que se nos entendiera bien, so
riesgo de ser mal interpretados. Unos pocos, sufrieron prisión por problemas
políticos. Evidentemente, en Cuba hubo y hay falta de libertades civiles
Es normal que estos problemas se
asocien al líder de la revolución, y obviamente, no pretendo ni puedo negarlo.
Me pongo en la piel de muchos de ellos y entiendo sus razones (también soy
emigrante). Pero quedarnos solo en este relato y denuncia, sería una forma muy
simplista y poco objetiva de valorar una personalidad y un proceso tan
complejo. Primero, porque hay que ir a las verdaderas causas que conllevaron a
ello; y segundo, porque el rol de Fidel trasciende las fronteras de nuestra
hermosa isla.
Como político y estratega, Fidel logró, con el apoyo popular, derrotar a una de las dictaduras más sangrientas y cruentas que tuvo Cuba (costó más de 22 000 muertos), logró establecer un régimen popular que rescató los recursos del país de manos del capital norteamericano y la oligarquía entreguista, y así rescatar la soberanía nacional sobre nuestros recursos. Declaró el carácter socialista de la Revolución a sólo 90 millas de EEUU del imperio más poderoso de toda la historia, y hasta hoy ha logrado su supervivencia, con inteligencia, algo de “cojones”, y apoyo popular, aunque algunos se empeñen en identificar sólo a Miami con Cuba. A partir de la Revolución, Cuba no sólo se ve obligada a defender la soberanía conquistada, sino que se convierte también en la voz internacional de todos los oprimidos. Propició, a partir de su ejemplo, que América Latina fuese más libre y menos dependiente de EEUU. Su participación militar en la defensa del gobierno legítimo de Angola, de las hordas financiadas por potencias extranjeras, y sobre todo del entonces Gobierno segregacionista de Sudáfrica, hizo posible no sólo la preservación de la soberanía de Angola, sino también la independencia de otros países del cono sur africano, y la derrota del régimen del Apartheid. Nunca antes brilló tanto un país pequeño y un líder. La mayoría de los grandes estadistas internacionales reconocen el ejemplo de Cuba como símbolo de lucha por la soberanía nacional, y como referencia mundial de dignidad y solidaridad. Estas son verdades como un templo, que sólo la ceguera política, el odio, y la manipulación mediática pueden negar
Alguien podría mencionar la cansina letanía de que Cuba pasó de traspatio de EEUU a satélite de la antigua URSS. No conocen a Fidel y la estirpe de los grandes patriotas cubanos. Más bien Fidel arrastró a los soviéticos a su participación en el conflicto africano, ¿Dónde estuvieron o están las propiedades soviéticas o rusas en Cuba? En última instancia, y aunque hubo beneficios mutuos, ¿quién recibió más en esa relación? Invito a los escépticos a que beban de las estadísticas.
En su lucha contra la dictadura
militar y sangrienta de Batista, Fidel crea su propio ejército a partir de una
reducida célula de sobrevivientes del desembarco de yate Granma. Los años de
dictadura de Batista no sólo fueron represión y muerte; también fue mucha
corrupción que comprometió a todos los partidos tradicionales, incluso con los
crímenes (excepto el comunista que estaba ilegalizado). Cuando Fidel alcanza el
poder, no sólo tenía un ejército propio que lo seguía y respondía a él,
encontró también un sistema político desmantelado. En su huida hacia EEUU, se
auto disolvieron los partidos y el senado; sólo quedaba la ya maniatada y
secuestrada Constitución del 40, y las fuerzas que participaron en la lucha
contra la dictadura: el M-26 de julio de Fidel, el Movimiento estudiantil
universitario 13 de Marzo, y el Partido socialista popular. La derecha y centro,
simplemente se esfumaron o desaparecieron.
El incipiente gobierno
revolucionario se debía a un programa, conocido como “La historia me absolverá
o programa del Moncada”, que si no cumplía conllevaría a la pérdida del apoyo
popular. ¿Cómo Fidel le iba a dar cumplimiento a este programa, sin tomar las riendas de la
economía y los recursos? Las primeras medidas[2]
afectaron necesariamente a intereses norteamericanos en la isla. La respuesta
de EEUU, de inmediato, fue aplastar la revolución por todos los medios, y ya no
tanto por la implicación económica sino por el mal ejemplo que representaría
para el resto de América. El intento de hacer capitular a Fidel y la
revolución por la fuerza, alcanzó su clímax con el Bloqueo económico y con la invasión de
Bahía de Cochinos, aunque se utilizaron otros medios como la financiación de
guerrillas contrarrevolucionarias, los sabotajes a objetivos económicos y los atentados. Paralelamente promovieron y lograron el aislamiento
diplomático, salvo honrosas excepciones. Un país monoproductor y monoexportador de azúcar de caña, dependiente
económicamente de EEUU, no sobreviviría por mucho tiempo sino encontraba un
nuevo aliado, o claudicaba. Cómo era previsible, Fidel se alió a la antigua
Unión Soviética, y no pudo abstraerse de su influencia. Ya no era un aliado
táctico, no, era estratégico porque la última oportunidad de entendimiento con
EEUU se fue con la muerte de John. F. Kennedy
La inmutable, obstinada y
arrogante política de los gobiernos de turno de los EEUU, alejaron cada vez más
las posibilidades de acercamiento y empujaron a la radicalización de la
revolución. Esta, con Fidel al frente, desarrolló en grado superlativo el
instinto de conservación, de la seguridad y protección de la revolución. La
revolución, en su lucha contra las agresiones de todo tipo, terminó desgraciadamente
en la polarización de la sociedad en dos “bandos”; los que están con la
revolución y los que están en contra o no la comparten. Ese fantasma, que en
condiciones normales hubiese sido superado después de los primeros momentos de
enfrentamiento entre las fuerzas de la revolución y los que querían restablecer
el orden anterior, terminó planeando permanentemente sobre Cuba, y determinó su
sistema político actual hasta hoy
Fidel, hábilmente, unificó todas
las fuerzas revolucionarias en un solo partido, para evitar así la división y
la posibilidad de que se utilizara el pluripartidismo para penetrar y debilitar la
revolución. Diseñó un sistema político, que le permitió permanecer en el poder,
incluso después de aprobada la constitución de 1976. Simplificó el sistema político
y la democracia a un solo partido; a una sola prensa, la oficial; a un sistema
electoral, y sistema parlamentario representativo donde la mitad de los
diputados provinciales y nacionales son propuestos por una Comisión de
candidatura[3],
aunque son votados posteriormente por el pueblo mediante el voto directo y
secreto; y concentró en un solo hombre, la figura del presidente del consejo de
estado, del consejo de ministros y del primer secretario del partido.
La agresión de EEUU, Fidel la
convirtió en fortaleza. El antimperialismo pasóa ser el núcleo ideológico de la
Revolución, y el factor de unión de la mayoría del pueblo cubano residente en Cuba. Como se decía en Cuba
desde los inicios de la Revolución, el pueblo cubano no era comunista, era
fidelista. Y con su obra social y el antimperialismo, Fidel llevo la
Revolución y la sociedad cubana al socialismo de estado, y mantuvo viva la
revolución
O sea, que el comprometimiento incondicional de la gran burguesía cubana y la derecha con el dictador Fulgencio Batista, y su ulterior estampida hacia EEUU, crearon la posibilidad para que Fidel creara el sistema político cubano actual. La torpeza del gobierno norteamericano, su agresividad y su bloqueo, convirtió esa posibilidad en realidad, y la facilitó aún más, cuando ha estado estimulando en paralelo, la salida y éxodo hacia EEUU[4] de cubanos que no simpatizaban con el proceso, creando “dos pueblos”, el de Cuba y los de afuera, el de Miami[5].
Para los que no simpatizan y sólo
ven las sombras de Fidel y de la revolución cubana, se lo planteo de forma
sencilla. ¿Quién apoyó y sostenía la dictadura sangrienta de Batista? EEUU y la
Mafia. ¿Quién propició que Fidel se quedara sin oposición? Todos los que se
fueron o abandonaron el país, por razones políticas. ¿Quién contribuyó a que el
pueblo cubano mantuviera su apoyo a Fidel, a pesar de los intentos continuados
de doblegarlo por hambre? El Bloqueo norteamericano, y todos los que lo han
apoyado y apoyan. ¿Quién estimula que cubanos arriesguen sus vidas en el mar,
en balsas y otras embarcaciones endebles, para poner sus pies en EEUU? El
gobierno de los EEUU con la ley de Ajuste cubano; cuando lo más sencillo,
racional y humano, era darles visa a todos los cubanos que quisieran irse. Lo
que no sabremos nunca, es como pudo haber sido la revolución y la sociedad
cubana, en otras circunstancias. Se lo dejo a la especulación y a los exotéricos
La ausencia en Cuba, de una constitución
socialista y de elecciones hasta 1976, y su permanencia ininterrumpida en el
poder desde 1959, hasta los problemas de enfermedad que lo apartaron de él,
lleva a no pocos a tildarlo de dictador. Visto así es cierto, pero yo lo
llamaría un dictador de conciencia. Su carácter dominante e imponente, dentro
del actual modelo de sistema político existente, lo convirtieron en la práctica
en el único que pensaba y decidía, en autoritario. Sus comentarios,
recomendaciones y críticas eran asumidos como “ley” por el aparato burocrático
del Partido y del Estado, aunque no dudo en absoluto de sus buenas intenciones.
Se había producido un “secuestro consciente o inconsciente de la democracia” y
de las instituciones existentes, para proteger la revolución y a su lider. Se
superpusieron los términos soberanía y libertad, unidad y unanimidad,
socialismo y fidelismo. Todo esto es cierto, pero no nos confundamos. El ser
preso de conciencia, los escraches, las reclusiones iniciales y expulsiones de
instituciones, la marginación de la política a personas que discreparan o
pensaran diferente, incluso los presos por problemas políticos, no nos puede
llevar a catalogar a Fidel como un dictador asesino y cruel. Sería una aseveración
injusta, cargada de odio y rencores, y lejos de la verdad
Fidel respondió a como le obligaron
y empujaron a hacer, y bajo la influencia del modelo soviético de socialismo,
independientemente de sus aspiraciones y motivaciones personales, de las que se podrá sólo especular, porque se las llevó
a su tumba
No se puede obviar que la
sociedad cubana post 1959 siempre ha estado en pie de guerra desde entonces, y
no porque quiso, sino porque la empujaron y obligaron a ello. Los procesos
revolucionarios son sometidos a tan brutal acoso y agresión por el capital
internacional, que terminan radicalizándose, y cayendo en el autoritarismo y
totalitarismo de un líder o un partido para preservar el proceso. Esta es casi
una regularidad de todos los procesos revolucionarios. Los defensores a
ultranza, de la democracia occidental, deberían ir a las causas y no al efecto;
y tal vez evitaran la radicalización de muchos procesos revolucionarios
A pesar de este modelo de sistema
político, con limitaciones democráticas, en derechos civiles, la mayoría de la
población no se fue de Cuba, apoyó a Fidel. Aún la mayor parte de los que viven
en Cuba apoyan a su revolución a pesar del desgaste económico, social y personal
que han representado tantos años (1992-2016) de resistencia, de carencias y
limitaciones materiales, sobre todo a partir de la desaparición del campo
socialista (Europa oriental comunista), del recrudecimiento del Bloqueo
económico[6],
y del lento avance de las reformas.
Este apoyo popular ha sido y es
posible, porque esta no fue una revolución importada, fue una revolución
auténtica, con un líder fuerte y carismático. Una revolución que reivindicó
desde el primer momento la soberanía nacional, al negro, a la mujer, al
campesino, a los desamparados y a los más humildes. Eliminó el latifundismo, y
le dio la tierra a los campesinos; y con la reforma urbana entregó a sus
inquilinos la vivienda en propiedad (el 90% de la población es propietaria de
su vivienda). A todos dió acceso, sin excepción, a la educación, a la salud; masificó el
deporte, y la cultura; estableció el pleno empleo y garantizó la seguridad
social para todos.
La obra social de la revolución es tan grande y tan sólida, que aún y muy a pesar de las carencias materiales sigue exhibiendo indicadores de educación, salud, seguridad social, de empleo, de esperanza de vida, y de desarrollo humano, muy por encima del resto de los países del llamado 3er mundo, y comparable con países desarrollados[7]. Todos reconocidos públicamente, por organizaciones internacionales de reconocido prestigio, como la UNICEF, OPS, OMS, OIT, la FAO, el Banco Mundial, y otras
Han pasado 25 años desde la
desaparición de la Unión soviética (1991). Todos los horóscopos vaticinaban la
caída de la revolución cubana, y ahí está. Resistió, pero a un alto costo
social que muchos achacan sólo a la ineficiencia del modelo económico, cuando
el mayor peso lo ha aportado el despiadado bloqueo, recrudecido después de la
caída del socialismo en Europa oriental, y al que se sumaron los países
europeos (1996) por iniciativa de Aznar. Ningún país pequeño y
subdesarrollado, ningún pueblo, ni ningún proceso, hubiese sobrevivido a tanto
ensañamiento y acoso durante tanto periodo de tiempo, sin una personalidad como la de Fidel
En España, desde “la autoridad de
la sociedad occidental desarrollada, primer mundista”, y con una de las prensas menos plurales
de Europa, muchos tienden a ver o analizar la situación de Cuba y el liderazgo
de Fidel de forma parcial, absolutizando una sola arista de un gran y
complejo proceso. Extrapolan a otras realidades las amargas experiencias
durante el franquismo. Manipulan la realidad cubana, y generalizan
testimonios aislados y la opinión de un grupo de miamenses. Se sorprenden
de la calma en Cuba, porque se han creído o quieren creer que Cuba es Miami.
!Que poco conocen al pueblo cubano que vive en Cuba! Remito a las declaraciones
del exministro de asuntos exteriores Margallo (a quien nadie podría acusar de
izquierda) en el programa El Desayuno del canal 1 a su regreso de su segunda
visita a Cuba “… el pueblo cubano lo que quiere es mejorar económicamente,
prosperar…” Esa es la realidad. La inmensa mayoría de los que permanecen en
Cuba, más de 11 millones habitantes, admiraban a Fidel y desean progreso por encima de
todo, pero sin renunciar a las conquistas sociales de la revolución
Desde mis vivencias y la
experiencia de muchos años, y a manera de resumen, pienso que Fidel tuvo más
luces que sombras, y no creo que sus sombras lleguen a eclipsar su luz, aún en
el tiempo. La historia serena de generaciones posteriores, sin la mediación de
las vivencias y apasionamientos de estos tiempos, podrá refrendarlo o no
Ha muerto el último de las
personalidades más influyentes del siglo XX; y quien más aportó al movimiento
revolucionario mundial después de la Revolución bolchevique de 1917. Mis
mayores respetos en este momento, a quien dedicó su vida a la causa de los
pobres y los oprimidos de todas las latitudes del mundo, a quien denunció desde
todas las tribunas posibles, las injusticias del imperio y sus seguidores, y a
quien apoyó incondicionalmente los procesos revolucionarios y reivindicativos
en todo el mundo
Juzgar a una figura histórica,
fuera del contexto histórico concreto en que se desenvolvió, y de las
circunstancias imponentes y agresivas de la guerra fría y del Bloqueo económico
estadounidense, no sólo es poco objetivo y científico, sino que también es
manipulación consciente o inconsciente de la realidad.
No obstante, y muy a pesar del
estado de exención que vivió y vive aún Cuba desde 1960, creo que hubo errores
y situaciones lamentables, que se pudieron evitar. Primero, el daño moral y
emocional innecesario a mucha gente de a pie, por arrogancia ideológica y de
poder. Segundo, y muy ligado a esto; el no haber legislado y aplicado las
normas que permitieran y aseguraran la convivencia social de todos los cubanos
(dentro del socialismo), desde el respeto a la dignidad de cada cual. Y
tercero, creo que si las Reformas se hubiesen iniciado inmediatamente después
de desaparecida la Unión soviética, la economía y la industria no hubiesen
tocado tan a fondo, y no se hubiese deteriorado tanto toda la infraestructura, y
los servicios sociales. Tal vez el período especial hubiese durado lo mismo,
pero el costo económico y social hubiese sido menor
Cierro estas líneas, con las
palabras escritas sobre Fidel por el gran Eduardo Galeano, referente
intelectual consecuente de izquierda, por su coherencia, honradez y brillantez; que concebía la amistad desde la crítica.
“…Y sus enemigos no dicen
que esa hazaña fue obra del sacrificio de su pueblo, pero también fue obra de
la tozuda voluntad y el anticuado sentido del honor de este caballero que
siempre se batió por los perdedores, como aquel famoso colega suyo de los
campos de Castilla[8]”
[1] Este análisis,
trataré de circunscribirlo a su figura, y al tiempo que estuvo en el poder.
Desde entonces, las condiciones internacionales han mejorado, y con el gobierno
de su hermano la Revolución se muestra más flexible, realista y práctica; y
camina hacia la profundización de las reformas
[2] La 1ra ley de Reforma agraria y contra la
compañía telefónica norteamericana por sus abusos
[3] Título IV De las Comisiones de candidaturas.
Ley electoral de la República de Cuba Disponible en «www.cubaminrex.cu.» Consultado el 15 de julio de
2012
[4] Ley de Ajuste cubano/ https://es.wikipedia.org/wiki/Ley_de_Ajuste_Cubano
[5] Se estima que en EEUU(datos del 2013) hay
algo más de 2 millones de cubanos; y de ellos, 1.5 millones en Miami
[6] Ley Torricelli (1992) conocida como Ley de Democracia Cubana, y la Ley Helms-Burton
(1996) La misma planteaba entre otros muchos artículos que las filiales
estadounidense en terceros países no podían establecer ningún tipo de relación
comercial con Cuba. Mientras Estados Unidos ha buscado normalizar sus
relaciones comerciales con otros estados comunistas,
como China
o Vietnam,
la existencia de un fuerte lobby, mayoritariamente conservador,
formado por exiliados cubanos, principalmente asentados en Florida
ha dificultado un acercamiento a Cuba, especialmente por la influencia de los
exiliados en un estado políticamente estratégico como Florida.
https://es.wikipedia.org/wiki/Embargo_estadounidense_a_Cuba.
[8] Eduardo Galeano. Del libro Espejos. Una
historia casi universal. Siglo XXI Editores, 2008.
No hay comentarios:
Publicar un comentario